Zaragoza.- Fue en 2012 cuando el Ejecutivo dio luz verde al proyecto del tercer colegio público de la localidad zaragozana de Cuarte de Huerva. El que sería conocido como Cuarte III, daría solución a los colapsos cada vez mayores que los otros dos centros públicos, Foro Romano y Ramón y Cajal, sufrían entonces. Nada presagiaba que cuatro años después, y por problemas que van desde lo técnico a lo ideológico, el municipio se encuentra prácticamente en la misma situación, y sin solución a corto plazo.
El colegio comenzó su andadura con mal pie ya que la anterior administración, a pesar de tener el proyecto redactado y listo para licitarse, jamás lo hizo. Comenzó entonces un turbio proceso que terminaría años después en los tribunales: el caso Ánfora. El equipo entonces dirigido por Dolores Serrat proyectó y licitó un centro concertado en la localidad de Cuarte, que, decían, solucionaría los problemas del municipio.
Un polémico concierto que, cuando estaba en plena construcción, en verano de 2015, se enfrentó a unas elecciones autonómicas que tuvieron como resultado un cambio de poder en la DGA, con el que comenzaría una batalla judicial en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón. Batalla que finalmente ganó el Ánfora, ya que el TSJA no encontró razones para que el centro concertado no arrancase sus clases ese mismo curso, a pesar de los intentos del recién formado departamento de Educación para impedirlo.
Fue entonces cuando la Consejería decidió dirigir todos sus esfuerzos a la ejecución del Cuarte III, el del principio. Para entonces, todavía en 2015, el patio de recreo del Foro Romano estaba lleno de barracones, 12 exactamente. La página web del centro recogía que durante 2014-2015 estudiaron en sus instalaciones 910 niños: 46 correspondientes a las dos clases de 1º de infantil del Cuarte III (integradas en el Foro); 356 alumnos de clases de infantil y 508 de los cursos de primaria.
El equipo ahora dirigido por Mayte Pérez, y con la derrota del Ánfora (con cerca de un centenar de niños matriculados el primer curso) a sus espaldas, se propuso concluir lo que sus predecesores no hicieron: el Cuarte III. El tercer centro público de la localidad, buscando consolidar su postura de apoyo a la escuela pública.
Nuevo capítulo: problemas con Sacyr
El pasado curso escolar comenzó entonces con el despertar de aquella promesa de 2012 que había quedado olvidada detrás de un conflicto que, más allá de la valía de un colegio u otro, tenía una base ideológica clara. El debate de la enseñanza pública contra concertada, cuando la realidad es que han de complementarse, era el fondo de un conflicto del que los vecinos de Cuarte de Huerva estaban ya cansados.
Con afán de no aumentar el descontento de la población y de cumplir con su promesa, Educación terminó la tarea que el anterior Ejecutivo había dejado a medias. Así, encargó los proyectos de obra, por lo que solo faltaba llevar a cabo la tramitación de todo el expediente y sacarlo a licitación por fases.
Un proceso que desde la Secretaría general técnica del Departamento aseguraron que harían con mayor rapidez de la habitual, para lograr arrancar las fases de infantil en septiembre de 2016; es decir, en menos de un año. Una vez se realizó el concurso, Sacyr se hizo con la construcción del centro, y prometió hacerlo con menos dinero y menos tiempo del que los técnicos de la administración le habían dado.
En concreto, Sacyr ofreció hacer el proyecto por 5,3 millones, un 10% por debajo de la cantidad licitada, y se comprometieron a concluir el edificio de infantil en 225 días, y en concluir el colegio entero, con primaria, gimnasio, aulas de innovación y biblioteca, en 75 días menos de lo previsto en un principio.
Una oferta por la que se llevó la adjudicación y que, sin embargo, no ha cumplido a día de hoy. El objetivo era abrir las nueve unidades de infantil en septiembre de 2016, siguiendo el modelo British Council. Cabe destacar que la construcción de este centro contaba con un millón de euros de los fondos Feader europeos que se perdieron al tardar un año en redactar el proyecto por parte del anterior Ejecutivo.
En cualquier caso, en febrero del 2016 comenzaron las labores de vallado y preparación de la zona donde se iba a construir el colegio, en la calle de Francia, en un solar que era el resultado de la unión de cinco parcelas en el sector La Junquera 1 de esta localidad.
Aunque finalmente el colegio consigue abrir en septiembre, lo hace ya, según aseguran desde Educación, con retrasos en las entregas, y el comedor sin terminar. A pesar de esto las clases al fin comienzan, y las obras deberían haber continuado su curso en el centro. Para noviembre la estructura del aulario de Primaria debería haber estado construida. Al ver que no era así, el equipo de Mayte Pérez le exigió a Sacyr que cumpliera con lo firmado y que había obras que no se podían demorar.
Desde el Departamento confirman que al no obtener una respuesta clara, ni observar, tras varios avisos, cambio alguno en la rutina de trabajo, ni avances en la construcción, se optó por suspender el contrato, y pedir daños y prejuicios.
"Los niños que están en Cuarte III y tienen que empezar Primaria el próximo curso lo harán sin problemas, y habrá nuevas incorporaciones en 1º de Infantil, pero se tendrán que usar espacios que no estaban destinados a ser aulas al uso", explican desde el Departamento. Y es que, para dar cabida a los niños se utilizará el aula de música, que se dividirá en cuatro aulas, para solucionar de manera temporal la falta de clases.
La intención del Gobierno es sacar cuanto antes la licitación, aunque temen que Primaria no esté listo para el próximo curso. "La localidad no se descongestionará todo lo que nosotros queríamos, pero es algo temporal y que se solucionará pronto", confirman.
Por su parte, Sacyr no ha emitido ningún comunicado desde que se rescindiera el contrato, ni se ha pronunciado al respecto. "Son grandes empresas, que tiran los precios en los concursos, se los llevan y, a veces, no siempre, ocurren cosas como estas", lamentan desde el Departamento.
Ampas resignadas
Los principales perjudicados de este nuevo retraso, padres y alumnos, se han resignado ante la noticia. Para Marta Boudet, presidenta del Ampa del Foro Romano, se han perdido dos oportunidades: la de desmasificar un centro, y la posibilidad de utilizar aulas puentes de Secundaria para evitar la congestión en el IES Virgen del Pilar.
"Todavía tenemos 250 niños de excedente en el centro en 10 aulas prefabricadas, creíamos que éste sería el último año en estas condiciones y que podríamos vaciar el patio, pero no será así", lamenta Boudet, que asegura haber recibido con desconcierto la noticia de la rescisión del contrato.
Fue el secretario general técnico del Departamento, Felipe Faci, quien se reunió con las Ampas para comunicarles la noticia, y asegurarles que su intención era ponerle solución cuanto antes. En este sentido, María José Redondo, presidenta del Ampa del Cuarte III, confía en que el Gobierno esté haciendo todo lo que esté en su mano para zanjar esta situación. "Nos queda la duda... porque se ha vuelto a incumplir una promesa, hayan sido responsables o no.. esto está ahí", señala.
Por su parte, Boudet advierte de que los problemas que ahora se están viviendo con Primaria dentro de no mucho tiempo se vivirán en Secundaria. El instituto de Cuarte está proyectado para que comience su andadura en 2018, y aunque desde las Ampas no confían mucho en esta posibilidad, querían comenzar el próximo curso instalando aulas puentes en los colegios. "En la reunión con Faci ni se lo propusimos cuando vimos que nos venía con un problema mucho más urgente y mayor..", apunta.
Ambas presidentas lamentan que esta situación se haya prolongado durante tanto tiempo y aseguran que la confianza en las promesas políticas está mermada. "A nosotros nos gustaría que hubieran cumplido con lo que se había comprometido, solo eso", concluyen.
