Tradición sin "desperdicio"

Algunas localidades aragonesas, como Nonaspe, mantienen por estas fechas la tradición de la matacía del cerdo. Un festejo que se mantiene vivo gracias al buen hacer de sus vecinos. Estas citas son una buena oportunidad para recordar y compartir el aprovechamiento gastronómico de este animal.

Zaragoza.- La localidad de Nonaspe, perteneciente a la Comarca del Bajo Aragón-Caspe y situada a 150 kilómetros de Zaragoza, ha hecho de una tradición de toda la vida una fiesta, la de la matacía. Un festejo que viene celebrándose desde hace más de 20 años a principios del mes de diciembre.

La matanza del cerdo es una celebración popular rural que está latente todavía en muchos pueblos y que, gracias al buen hacer de sus vecinos, se mantiene viva. La cita es una oportunidad para recordar y compartir el aprovechamiento gastronómico del cerdo y las costumbres ancestrales ligadas a la matanza.

A principios del mes de diciembre, Nonaspe celebra la matanza del cerdo siguiendo el rito tradicional. Se desayuna con "barreja" (anís y coñac) y pastas, se sacrifican los cerdos y se almuerza con "sang y seba" (sangre y cebolla, todo frito) y pan. Para la comida se asan a las brasas la carne de los cerdos.

Actualmente, en Aragón, esta práctica se encuentra regulada por la Orden de 20 de octubre de 2009, del Departamento de Salud y Consumo, por la que se regula la matanza domiciliaria de cerdos para las necesidades personales y el reconocimiento sanitario de jabalíes abatidos en cacería destinados al consumo privado.

En la normativa se subraya que la matanza domiciliaria del cerdo "constituye una práctica tradicional en el medio rural aragonés; la misma tiene por objeto el abastecimiento de productos para las necesidades particulares, estando prohibida la comercialización de las carnes así obtenidas". Esta regulación se hizo necesaria con objeto de evitar los riesgos en salud pública.

Nonaspe ha hecho de esta costumbre de toda la vida una tradición
Nonaspe ha hecho de esta costumbre de toda la vida una tradición

El tosino de Albelda 

La localidad oscense de Albelda recupera también cada año, el último domingo del mes de enero, el espíritu y la tradición de la jornada popular en torno al mondongo y la matacía del cerdo, transformando las calles y plazas de esta población de La Litera, a un paso de Tamarite y junto a la provincia de Lérida, en un centro de degustación de las riquezas del tosino (cerdo), del que todo se aprovecha.

La popular Peña "Lo Magré" viene organizando desde hace tres décadas esta fiesta, declarada de Interés Turístico de Aragón por el Gobierno autonómico en 2001 y que en estas últimas ediciones suele congregar a lo largo del día a más de 5.000 visitantes, que pueden disfrutar de forma gratuita las excelencias del cerdo y sus derivados.

Durante varios meses, los componentes de la Peña trabajan para tener todo a punto. Todos sus miembros, con su atuendo tradicional de blusa verde, "arriman el hombro sin distinción", para preparar los ingredientes de la gran jornada gastronómica que se iniciará a las 8.00 horas con la gran chocolatada (80 litros de chocolate y más de un millar de magdalenas), que "prepararán el cuerpo para los más madrugadores" que se hayan acercado hasta Albelda y los vecinos del pueblo en general.

Actualmente, en Aragón esta costumbre se encuentra regulada
Actualmente, en Aragón esta costumbre se encuentra regulada

A partir de las 9.30 horas, ya están las brasas preparadas en numerosas y artesanales parrillas donde empieza a asarse la carne con unas cantidades que rondarán los 1.200 kilos de cabezada de lomo y costilla, 100 kilos de panceta y otros tantos de lomo. Todo ello servido sobre una amplia rebanada de pan de payés, untado de ajo y aceite, en una cantidad que superará los mil kilos de pan, sobre los que se extenderán 50 litros de aceite.

En otras ediciones, para degustar todas estas exquisiteces de forma gratuita, la Peña "Lo Magré" solo pedía a los visitantes que adquirieran unos objetos de cerámica para poder depositar la comida que se ofrecen en el mismo lugar de la degustación, así como adquirir los boletos para el sorteo de un cerdo, con su mondongo ya preparado.