¡Qué poco valoran algunos la educación!

¡Por fin! Todo un año en funciones y rascándose la barriga el Gobierno. Han conseguido hartar a la población y hacer que la política acabe siendo detestable. Demasiado tiempo de holganza. Demasiado postureo por parte de algunos grupos populistas que, a la vista de lo sucedido en los últimos días, nada están aportando, excepto circo del malo. Parece como si su objetivo fuese entorpecer exclusivamente.

¡Por fin! Todo un año en funciones y rascándose la barriga el Gobierno. Han conseguido hartar a la población y hacer que la política acabe siendo detestable. Demasiado tiempo de holganza. Demasiado postureo por parte de algunos grupos populistas que, a la vista de lo sucedido en los últimos días, nada están aportando, excepto circo del malo. Parece como si su objetivo fuese entorpecer exclusivamente. Y cuando se forma el Parlamento con un Gobierno dispuesto a gobernar, lo primero que quieren tocar es la educación. Tanto manosearla la están convirtiendo en un muerto viviente. Sin embargo, el profesorado es el guardián fiel y, a pesar de las normas, elimina todo aquello que no beneficia al alumnado. Doy fe.

¡Qué manía tienen los políticos de este país con tocar la educación! El caso es que, cada vez que meten mano en ella, es para peor. Llevamos varios años dando tumbos, como llevamos varios años hablando del pacto por la educación. ¿Se acuerdan de cuando Felipe González decía que había que sacar adelante ese pacto por la educación? Pues ha llovido y salido el sol. Rubalcaba se hartó de recomendarlo, pero solo en época electoral; después se le olvidaba hasta las siguientes elecciones generales. Y aquí llegamos.

Hoy el empeño parece que es modificar, recortar o cercenar la LOMCE. Hay cuestiones que suponen sacrificio para el alumnado, pero la inmensa mayoría de ellas no suponen daño para la sociedad ni para el sistema. Tal vez es que nos hemos acostumbrado a sacrificarnos poco y a no exigirnos demasiado. Con la LOGSE se igualó por abajo y se hizo un daño tremendo a la sociedad; aún lo están pagando varias promociones de alumnado. Eso de todos igual e igualando por abajo equivale al "a todos lo mismo pero de bajo nivel".

La igualdad no es lo que predicaba la LOGSE. La igualdad es dar a cada uno lo que necesita; unos precisarán más y otros lo justito. Esa es justicia igualitaria, pues lo contrario --cocido y sopa para todos-- es truncar las aspiraciones de los mejores y de quienes pueden con más preparación. La LOGSE se dejó en manos de pedagogos-políticos y ya se sabe que no hay peor cosa que dejar la educación en manos de pedagogos con aspiraciones políticas.

Vamos a hacer una pequeña comparación entre lo que ha sido el Gobierno en funciones y el Parlamento parado con los centros educativos. Mientras aquellos holgaban y se divertían, los centros de educación continuaban a pleno rendimiento en su actividad; los docentes nunca han estado en funciones ni haciendo postureo del malo. Se han mojado en su trabajo, han demostrado su vocación el profesorado y diariamente se constata su saber hacer. No me lo nieguen porque los últimos resultados demuestran que en matemáticas y lengua vamos bien; incluso en Castilla vamos requetebien, por encima de la media española.

A pesar de ese seguir haciendo en los centros docentes, la administración educativa nos ha seguido entorpeciendo la labor con propuestas inservibles, criterios manoseados, controles absurdos e inspecciones maliciosas, amenazas infundadas, apercibimientos y cuanto hace perder el tiempo inútilmente a los docentes y a los equipos directivos.

Recuerdo que, en una ocasión, una inspectora decía al alumnado adulto que "la educación de adultos cuesta mucho, por lo que hay que aprovechar cuanto se oferta en ella". Es decir, juzgó la educación como un gasto y no como una inversión. Ante esa estupidez, muy propia de algunas inspectoras de educación (en inspectores aún no he comprobado semejante memez), una alumna se levantó en medio de la clase (la alumna era inspectora de Hacienda) y siguiendo el malicioso comentario de la inspectora de educación, le dijo que "lo que sí es un gasto de dudosa necesidad es el que se emplea en la caterva de directores generales que tiene la Junta de Castilla y León, incluso en la colección de inspectores/as de la Comunidad donde sobran la mitad y la otra mitad está en estudio". 

¿Se pueden imaginar la escena? ¡Pues yo sí, porque estaba presente! ¿Y saben cuál fue la reacción de la inspectora de educación? Pues se metió la lengua donde pudo, soltó una sonrisa nerviosa y se puso como un tomate, a la vez que desfilaba hacia el exterior del aula "con el rabo entre las piernas". Mientras tanto, treinta y dos alumnos/as de educación de adultos aplaudían a rabiar la intervención de la compañera.

Mientras suceden cosas como las que contamos, los sindicatos siguen hablando de recortes sin saber qué suponen. Los recortes los hemos sufrido los docentes y en algún caso las cuentas corrientes de los centros educativos han estado a cero con un montón de facturas sin pagar. No vengan los sindicatos a llenarse la boca porque no saben de qué hablan. Me dirán que sí que han hecho manifestaciones. Claro que las han hecho, pero eso no sirve para nada, excepto para justificarse ellos y sus liberados. Puedo prometer y prometo que muchos centros no han tenido ni un solo respiro en cuanto a ratios, horarios, faltas justificadas, descuentos, salarios...

No lo vamos a dejar aquí. En otro momento vamos a hablar de la conflictividad en las aulas, de los problemas de religión que han llegado a los centros, de velos inaceptados e inaceptables para muchos, de la pérdida de autoridad del profesorado, de la inestabilidad educativa, de los recortes y de la desobediencia de la Inspección a cuestiones que emanan directamente de la Consejería de Educación en cuestiones de convivencia en los centros de educación de adultos y liberación horaria del profesorado.