El mundo medieval recupera su espacio en el Museo de Huesca

El Museo de Huesca reabre la sala dedicada a la arqueología medieval y presenta dos instalaciones de los artistas aragoneses Antonio Fernández Alvira y Lina Vila. La exposición, titulada “La leyenda en el imaginario”, podrá visitarse en la Sala 4 desde el 2 de diciembre hasta el 22 de enero.

Zaragoza.- El Museo de Huesca renueva su discurso expositivo aportando una visión más actual de la época musulmana y cristiana durante el Medievo. Para ello propone a los visitantes un nuevo recorrido en el que se incluyen las instalaciones de los artistas Antonio Fernández Alvira y Lina Vila. El proyecto "La leyenda en el imaginario", que se podrá contemplar desde este viernes y hasta el 22 de enero, es una reinterpretación contemporánea de la leyenda de la Campana de Huesca y de la propia estancia de Doña Petronila.

Las obras llevadas a cabo por el Ministerio de Cultura durante el verano de 2016 han permitido recuperar, después de más de veinte años, el espacio de la Sala 4 del Museo de Huesca, que exhibe las colecciones alto-medievales, de gran interés por la importante presencia de la cultura material del Al-Andalus y la Edad Media cristiana. La directora del Museo, Laura Asín, explica: "Esto supone presentar al público las colecciones de arqueología medieval de forma más coherente y comprensible".

Estas obras que son, sin duda, un refuerzo de este pasado medieval que cohesiona con las zonas patrimoniales a las que da paso la Sala 4, las conocidas como el antiguo Palacio de los Reyes de Aragón. Un espacio de transición hacia la sala 5 en la que se exhiben las colecciones de arte gótico y renacentista, ha recordado Asín.

La obra

El proyecto de intervención artística "La leyenda en el imaginario", de los artistas aragoneses Lina Vila (Zaragoza, 1970) y Antonio Fernández Alvira (Huesca, 1977) cuenta con las obras "Un jardín para Petronila", de Lina Vila y "El último resplandor", de Antonio Fernández Alvira, en las Salas de Doña Petronila y de la Campana, respectivamente. A través de sus obras los artistas "han interpretado, cada uno desde su punto de vista, ese pasado medieval tan importante para la ciudad de Huesca y para la historia del museo".

Si la artista Lina Vila ha ideado un "locus" medieval, conformado por cuatro unidades, con acuarelas de 113 x 200 cm cada una en el que interpreta un jardín para doña Petronila, por su parte Fernández Alvira genera una instalación que nace del eco de la leyenda de la Campana de Huesca, tan atenta al periodo convulso que en la actualidad vivimos en el mundo, donde lo que se consideraba incuestionable se desmorona. Uno de los propósitos de dicho proyecto es aproximar al visitante a la leyenda desde el arte actual y "abundar en la permanencia de ésta en el imaginario colectivo para desvelar los mecanismos mediante los cuales sigue arraigada en la historia".