Jesús Lobera: "Hemos reestructurado el Inaga para ser más ágiles y eficaces"

El recientemente nombrado director gerente del Inaga, Jesús Lobera, asegura que ha introducido cambios para "mejorar y agilizar la gestión del instituto". Asimismo, adelanta que Desarrollo Rural y Sostenibilidad está preparando un decreto sobre la gestión de purines y que, en 2017, mejorará la autofinanciación del Inaga.

Zaragoza.- El director gerente del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), Jesús Lobera, apenas lleva un mes y medio en el cargo, pero su mano ya se hace notar. "Hemos reducido de seis a tres las áreas del instituto para intentar agilizar sus tramitaciones", asegura. Del mismo modo, pide "más dotación presupuestaria", al tiempo que adelanta que, en 2017 "mejorará la autofinanciación del Inaga".

Sobre temas de actualidad en los que está envuelto en Inaga, como la planta de biomasa de Monzón, Lobera no se precipita y se mantiene "a la espera" de que se resuelvan las alegaciones recibidas tras reestudiar la autorización ambiental integrada.

Por su parte, destaca la "importancia de la gestión de purines en la Comunidad" y se remite al decreto que está preparando el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad.

Pregunta.- Recientemente ha sido nombrado director gerente del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) y, a su llegada, anunció cambios para agilizar la gestión del instituto, ¿cómo los va a hacer?
Respuesta.- La verdad es que el Inaga tenía problemas de gestión. Por ello, hemos determinado variar la estructura departamental y el RPT (relación de puestos de trabajo) intentando conseguir incrementar el número de técnicos base que trabajen en todas las solicitudes de resolución posibles.

El sistema de trabajo de Inaga es un tanto peculiar. Está formado en su totalidad por funcionarios y, en aquellos casos, que es muy frecuente, en que no se puede llegar a todo con medios propios pues echamos mano a consultoras externas que pueden ser tanto públicas como privadas. Por ejemplo, un estudio sobre la avifauna en un determinado monte donde hay una solicitud para poner un campo de energía eólica. Pues eso lo hacen técnicos del exterior y estamos hablando de informes de alta calidad que hay que resolver y firmar la resolución si procede. De este modo, hemos aumentado la capacidad propia del Inaga para desde dentro trabajarlo todo y en los casos que sea necesario sacar estas encomiendas al exterior, hacerlo con la empresa pública Sarga.

De esta manera entendemos que tendremos más agilidad y eficacia y para eso nos quiere la sociedad aragonesa.

P.- En 2013, el Inaga gestionaba más de 12.000 solicitudes de más de 90 tipos distintos. Actualmente, ¿en cuántas están?
R.- Estamos igual. Este 2016 creo que estaremos algo por debajo de las 12.000. Esta cifra se ha ido repitiendo más o menos en los últimos años.

P.- Sobre el tema de la planta de biomasa en Monzón, es un tema complejo que incluso ha pasado por los juzgados. ¿Cuál es la situación actual?
R.- Hace unos cuantos meses, el Gobierno de Aragón, a través de Inaga, decidió volver a reestudiar de oficio la autorización ambiental integrada que ya tenía la empresa que quiere poner en marcha la planta de biomasa. Y eso hemos hecho. Pusimos en marcha la revisión de oficio, no en todos los ámbitos, como en el de la ubicación. Ahora estamos pendientes de resolver las alegaciones que hemos recibido.

Ayuntamiento, colectivos, la empresa… Todos ellos nos han remitido diversas alegaciones que han tenido respecto a esta revisión de la autorización. En el momento que termine el proceso se procederá a firmar la resolución pero no sé decir en este momento en que sentido.

P.- Pero, ¿se puede construir una planta de este tipo a menos de 600 metros del casco urbano?
R.- Sobre la ubicación no hay ningún tipo de duda. La autorización ambiental integrada que está siendo revisada de oficio y que ya tenía la empresa, cumplimenta el ámbito de la ubicación porque el Ayuntamiento de Monzón en la anterior legislatura lo comprobó y se ha observado que efectivamente, en principio, es correcta.

P.- El cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Monzón también ha influido en el cambio de opiniones, ¿no?
R.- Una cosa son las opiniones, y yo tengo la mía pero la tengo para el ámbito personal, y otra son las decisiones. Cuando estamos hablando de gestionar medioambientalmente temas comprometidos, como lo es este, debemos huir de la subjetividad. Hay que partir de datos técnicos y hablar en parámetros de transparencia absolutos.

P.- Hablemos de la masificación de Bierge, ¿tiene solución?
R.- Sí que tiene. No es un ámbito que competa al Inaga pero sí que compete al Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad. Tengo la suerte de poder haber vivido este asunto muy de la mano del propio Ayuntamiento de Bierge y vivir en primera persona el devenir, sobre todo este verano, de este paraje interesantísimo.

Lobera asegura que en 2017 mejorará la autofinanciación del Inaga
Lobera asegura que en 2017 mejorará la autofinanciación del Inaga

Y la verdad es que sí que tiene solución, a mi modesto modo de ver. En este instante hay un grupo del trabajo en la zona que recoge a todos los agentes que tienen algo que ver con este asunto. Aquello hay que regularlo en uso y es relativamente sencillo, como otros parajes lo han conseguido.

La solución es que se determine cuál es el mayor número de usuarios que quepan allí ante la factibilidad de una necesidad de evacuación en un momento determinado y, por encima de ese límite, no permitir el acceso a más personas diariamente. Es un sistema fácil. Habrá que adecuar también el acceso a vehículos y no tiene otro misterio. La solución parte por utilizar el sentido común.

P.- Cambiando de tema, en Loporzano hubo división de opiniones por la instalación de dos granjas de cerdos y, según pedían algunos vecinos, el Inaga debía valorarlo y emitir un informe favorable o desfavorable al respecto. ¿Cómo está este tema actualmente?
R.- En algunos casos, cuando hay un determinado número de animales es el Inaga el que tiene que hacer una evaluación ambiental sobre la actividad, en este caso, unas granjas de cebo de porcino. Otras causas, como esta, cuando está por debajo de las 2.000 cabezas de ganado, no requieren la presencia jurídica y administrativa de Inaga porque corresponde única y exclusivamente al Ayuntamiento de la localidad.

El Pleno de cualquier corporación municipal puede decidir si quiere granjas o no. Y evidentemente evitar o no se establezcan en sus términos la entrada de esta actividad ganadera.

Personalmente, considero que es una muy buena manera de incrementar los ingresos tanto del municipio como del ámbito privado. Y desde luego es una muy buena actividad de complemento para conseguir que la población se fije en los pueblos. La corporación municipal de Loporzano lo aprobó y se han instalado. Que se vote a otro equipo en las elecciones municipales, porque solo es el Pleno el que tiene la autoridad para permitir o no la instalación de estas granjas.

P.- En la Comarca de Matarraña comenzará a funcionar en mayo de 2017 una planta de purines que, en su día, también generó controversia. En este caso, ¿el Inaga ha dado luz verde al proyecto?
R.- Estamos trabajando con muchísima seriedad, particularmente, en el ámbito de la gestión de purines en Aragón y, especialmente, en la provincia de Teruel. Es una decisión del propio consejero y creo que está muy bien tomada. Por ello, estamos terminando de perfilar lo que va a ser el decreto adecuado de gestión de purines y a él me remito cuando sea presentado.

P.- ¿Por qué es tan complicada la gestión de purines?
R.- La gestión de purines es tan complicada por tres razones fundamentales. En primer lugar, porque estamos produciendo en Aragón una excelente proteína animal a un precio fantástico. Y somos los números uno en Europa. Este es un valor en el ámbito de lo profesional y de la I+D que también aparece en el sector primario. Esto no es desdeñable, es un valor grande.

Elemento número dos. El componente limitante de todo esto son los purines. Pero no solo en la producción porcina, porque en la de pollo también pasa, pero en mucha menor medida, obviamente. Pero siendo que somos tan buenos en la producción porcina pues hemos de serlo igual en la gestión de purines para que no sean considerados un residuo sino un fertilizante de primer nivel. El día que tengamos definitivamente valorado que la aportación de nitrógeno la podemos hacer a través de purines podremos ver que no son residuos ni un factor limitante.

El director del Inaga es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza
El director del Inaga es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza

Y número tres. Efectivamente, el purín huele. Por este motivo, muchas personas, en uso de sus derechos y es absolutamente reconocible y debe ser defendido, piden que se evite este mal olor. Pero puede ser evitado porque hay soluciones técnicas cada día más cercanas, de manera que cada día se puede minimizar el olor hasta extremos casi imperceptibles.

P.- La partida presupuestaria de este año para el Inaga era de 4,90 millones de euros. ¿Suficiente para sus competencias?
R.- No, rotundamente no. Igual que es rotundamente seguro decir que la aportación económica para el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad es escasa. Todos los gestores públicos tenemos la doble obligación de quejarnos y de ser imaginativos a la hora de gestionar con eficacia y transparencia de este dinero público.

Debo decir que sufrimos una disminución de presupuesto en este 2016 y que estoy seguro de que en este año 2017 va a haber más presupuesto por la capacidad de autofinanciación del propio instituto y, también porque se va a aumentar la transferencia del propio Departamento.

P.- ¿Y cómo se mejora la autofinanciación del propio instituto?
R.- La mejora en la autofinanciación supone mejorar la gestión de las tasas. El Inaga tiene su propio sistema de tasas porque generamos este elevado volumen de expedientes que, la mayoría generan una tasa para el interesado. Mejorando la gestión de esas tasas y, sin incrementar la presión impositiva sobre el ciudadano, estoy seguro que en 2017 mejoraremos la autofinanciación.

P.- Respecto al tema de la caza y la pesca, ¿cuántas licencias se gestionan cada año? ¿Sabe cuánta gente pesca y caza sin licencia?
R.- A esta segunda pregunta soy incapaz de contestar. Inaga fue creado en 2003 y por su propia ley carece de controladores e inspectores. Nosotros generamos la gestión medioambiental como autoridad medioambiental de la Comunidad pero, a partir de ahí, las resoluciones que firmamos son recibidas por los interesados pues, por ejemplo, a través de las licencias de cazador y pescador. Pero claro, desconocemos que usuarios de caza y pesca están dotados de documentación pertinente y cuáles no. Estimo que habrá picaresca pero confío, en este caso, en la Guardia Civil y en los servicios de agentes de protección de la naturaleza de la DGA están capacitados para controlar estas situaciones, como así me consta que hacen.

En cuanto a la otra pregunta.