Zaragoza.- Hace tres millones de años que crece en la tierra, pero muchos todavía no la conocen. Se trata de la spirulina, una microalga de color verde azulado que, en proporción con otros alimentos, posee la más alta concentración y variedad de nutrientes. Sabedoras de los beneficios de la spirulina, dos aragonesas, Mar Comenge y Edith Pacheco, han decidido poner en marcha el proyecto Spirulina Aragón.
El objetivo, según cuentan, es convertirse en las principales productoras de este tipo de alga para consumo humano en la Comunidad. Para ello, cultivan este alga "que tiene un 75% de proteína, vitaminas A, B1, B2, B5, B6, ácido fólico, entre otras muchas más cosas", destaca Comenge.
Todo comenzó con el problema de salud de una persona cercana a una de las dos promotoras, cuando le recetaron nutrirse con alimentos sanos y con alto contenido en proteína. Fruto de las investigaciones descubrieron esta alga que ya, según cuenta la historia, era consumida por los aztecas en México, por algunas tribus cercanas al lago Chad en África y por habitantes del desierto del Sáhara en épocas de escasez alimenticia.
Beneficios
Los beneficios de la spirulina llegan hasta el punto de "equilibrar el sistema inmunológico de las personas que están siendo sometidas a tratamientos de quimioterapia o radioterapia, así como a personas que sufren anemia", asegura una de las promotoras del proyecto. "Tiene muchos beneficios y nuestra intención es que se conozcan en Aragón", añade.
Hace casi un año, estas dos promotoras afirman que arrancaron con el proyecto "como un sueño" que ahora está próximo a hacerse realidad. Asimismo, destacan que esta iniciativa es "pionera" en Aragón y, casi en España, ya que solo se cultiva este tipo de alga para consumo humano en Murcia. La intención de las promotoras es comercializar sus producciones de spirulina para consumo humano primero en comercios locales, sobre todo en "herbolarios y tiendas del estilo" y "luego emprender el comercio nacional e internacional", explican.
A nivel internacional, hay países en los que el consumo y la producción de este tipo de alga están a la orden del día, como son China, Japón, Cuba o India. Del mismo modo, el reconocimiento de este "suplemento alimenticio" llega hasta el punto de que la NASA la utilice para sus astronautas en viajes espaciales, a través de barritas o geles. También los deportistas de élite, pues "entre sus propiedades está la rápida recuperación y la alta cantidad de energía que aportan", incide una de las promotoras.
Cultivo del alga
El cultivo de este tipo de algas se realiza en "una especie de albercas o piscinas" en las que hay unas palas que remueven el agua, ya que "la spirulina necesita oxigenación continua, sino podría llegar a podrirse". Tras unos quince días de cultivo, las algas se extraen de la piscina, se cuela el agua, se coloca en unas bandejas y se dejan secar. En el caso de Spirulina Aragón, las promotoras explican que van a realizar "secado natural, porque utilizando horno eléctrico se va más rápido pero se pierden muchas propiedades".
Una vez se tiene el producto seco, "se transforma en escamas, en pastillas o en polvo", dependiendo del fin que requiera el pedido de cada comercio. "Por ejemplo la de polvo serviría para zumos, para ensaladas, para puré, para yogur o para repostería, entre otras cosas", comenta Mar Comenge.
La intención del proyecto es producir seis kilogramos de spirulina diarios a partir "de principios de año", según explican las promotoras. "Tendríamos que haber empezado ya a producir pero por problemas que a nosotras no nos competen no hemos podido arrancar todavía", agregan.
Por su parte, desde Spirulina Aragón afirman que el 20% de la población española consume esta alga, aunque aseguran que "si se publicita, sale en los medios y se conocen los beneficios de este producto, seguro que lo consumirían mucho más".
Programa Emprendimiento Agroalimentario
Programa Emprendimiento Agroalimentario de Aragón 2015. Según datos del Instituto Aragonés de Fomento (Gobierno de Aragón), que es quien organiza este programa, la inversión inicial de este proyecto ronda los 16.500 euros, aunque la inversión estimada para arrancar el proyecto es de casi 300.000 euros.
Asimismo, desde el proyecto confían en que, a partir del primer año de existencia, poder crear dos puestos de trabajo que se sumarían a los de las promotoras del proyecto.
Puede que, de primeras, pueda parecer extraño lo de comerse un alga y que encima tenga propiedades satisfactorias para el organismo humano. Pero lo que está claro es que, si los estudios y la historia tienen la razón, la producción de este proyecto va a crecer a la velocidad que la sociedad conozca este producto y lo incluya en su dieta diaria.
