Opinión

¿Crece la economía para todos?

La realidad es que la economía española está creciendo y lo está haciendo por encima de los países de nuestro entorno, pero la verdadera cuestión es cómo está creciendo. Tres factores principales están detrás de este crecimiento: la reducción del precio del petróleo, la depreciación salarial y el incremento del déficit.

La realidad es que la economía española está creciendo y lo está haciendo por encima de los países de nuestro entorno, pero la verdadera cuestión es cómo está creciendo. Tres factores principales están detrás de este crecimiento: la reducción del precio del petróleo, la depreciación salarial y el incremento del déficit.

El primer factor es positivo: pagamos menos por nuestras importaciones energéticas, básicamente, petróleo y gas y, al pagar menos por nuestra energía, podemos destinar más renta a ahorrar, consumir o invertir. La reducción del precio del petróleo no es consecuencia de las políticas del Partido Popular, sino que es una situación coyuntural a nivel mundial. El problema es que en los casi cinco años de gobierno del PP no se está tomando ninguna medida para reducir la dependencia energética exterior. De hecho estamos dando pasos atrás en cuanto a la apuesta por las energías renovables. Por lo tanto, cuando la situación cambie y vuelva a subir el precio del petróleo volverán a subir nuestros costes y la balanza comercial volverá a lastrar nuestro crecimiento.

El segundo factor, la depreciación salarial, es fruto de la reforma laboral del PP y tiene varias consecuencias añadidas. La primera es que las empresas tienen menores costes de producción y pueden vender más barato. Es decir, como país hemos incrementado nuestra productividad, pero sube la productividad en el mismo porcentaje que bajan los salarios de los trabajadores. Por lo tanto, se está produciendo un trasvase desde las rentas del trabajo a las rentas del capital. Segundo, los salarios actuales son más bajos y, por tanto, los contratos de trabajo formalizados actualmente tienen menos poder adquisitivo que los formalizados antes de 2011. Este menor poder de compra tiene y tendrá consecuencias sobre el consumo interno del país, que es el gran motor del crecimiento de la economía española. La tercera consecuencia es que estos salarios más bajos generan menos cotizaciones sociales, factor que, unido a las bonificaciones sociales de las empresas, hace que los ingresos de la Seguridad Social se vean reducidos. Por estas razones, la caja de la Seguridad Social estará vacía a finales de 2017 si no se toman medidas a este respecto.

El último de los factores principales que explica que crezcamos más que la media europea es la cifra de déficit público. De enero a julio de 2016, el déficit de las administraciones públicas ha alcanzado el 2,6%, por encima de las previsiones del gobierno y de los compromisos que hemos contraído con Europa. No es una situación excepcional, ya que en los años del gobierno de Rajoy nunca hemos cumplido con nuestros compromisos de déficit marcados por Europa.

Y viendo todos estos puntos, nos podríamos preguntar a quién beneficia el crecimiento de nuestro país. Favoreciendo los contratos de trabajo con salarios bajos, poniendo en riesgo el Sistema Público de Pensiones e incrementando el déficit de España que, no lo olvidemos, tenemos que devolver entre todos. En suma, parece que algún ministro sigue trabajando como banquero de inversión…