Abuso bicicletero del Ayuntamiento de Zaragoza

En un alarde de desprecio al vecindario y desconsideración por el interés general, los actuales ocupantes anticasta de los sillones municipales con la pasividad del resto han decidido montar un doble carril bici sobre el primer tramo de Vía Hispanidad en la vía de servicio y números pares, entre la plaza Toulouse y la calle Condes de Aragón, cuando ya existe un excelente carril doble en la acera de enfrente, al cual se puede acceder por los pasos al efecto ya establecidos desde hace tiempo, simplemente cruzando la avenida.

En un alarde de desprecio al vecindario y desconsideración por el interés general, los actuales ocupantes anticasta de los sillones municipales con la pasividad del resto han decidido montar un doble carril bici sobre el primer tramo de Vía Hispanidad en la vía de servicio y números pares, entre la plaza Toulouse y la calle Condes de Aragón, cuando ya existe un excelente carril doble en la acera de enfrente, al cual se puede acceder por los pasos al efecto ya establecidos desde hace tiempo, simplemente cruzando la avenida.

Y para más inri, esperpento y surrealismo hacer esa innecesaria obra dentro de una vía de servicio, con lo que ello ya lleva aparejado de limitación de velocidad y exigencia de precaución. Todo lleva a sospechar que, este derroche o alegría con las arcas públicas, está fundamentado en un capricho, incluso personal, o en un tejemaneje entre amiguetes, a pesar y a costa de los importantes perjuicios ocasionados a los muchos vecinos y operarios directamente afectados, privándoseles por sorpresa y con nocturnidad del original fin de esa vía de servicio, en lugar de facilitar, velar y exigir el cumplimiento de las normas de circulación por ese lugar.

Creo que nadie mínimamente educado y formado puede estar en contra del "simpático ciclista", ni aunque circule por la acera, siempre que no rebase la velocidad de un peatón corriendo, pero lo que no se puede permitir es la actuación y maneras del "bárbaro bicicletero" y encima sin timbre, sin matrícula y sin cotizar al erario público, máxime con las molestias y gastos que ya ese tipo de transporte empieza a ocasionar a la ciudadanía. Para terminar hay que dejar claro que se producen más incidentes entre ciclistas y peatones que entre automovilistas y ciclistas, el caso es que los primeros no se denuncian y solo se quedan en meros sustos o altercados.