Ecologistas de Soria denuncian la contaminación del río y el pantano del Val

Asden-Ecologistas en Acción de Soria y Coagret denuncian la contaminación del río y pantano del Val producida por la EDAR de Ágreda-Ólvega. Según las organizaciones, dicha contaminación impide la vida piscícola en el río y obstaculiza el uso de abastecimiento de agua potable del embalse.

Zaragoza.- Asden-Ecologistas en Acción de Sora y la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (Coagret) han denunciado mediante un comunicado la contaminación del río y pantano de Val producida por la Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Ágreda-Ólvega. Dicha contaminación, según las organizaciones, impiden la vida piscícola en el río y obstaculiza el previsto uso de abastecimiento de agua potable del embalse para las Comunidades de Aragón y Navarra. Asimismo, añaden que el disfrute de las infraestructuras recreativas y del sendero del cañón también se ve mermado.

"Las espumas y el olor típico de vertidos de aguas residuales urbanas sorprendieron a los senderistas que el puente festivo del 15 de agosto paseaban por el cañón del río Val en Ágreda. Esta contaminación se apreciaba en el Pozo de las Truchas, que está a 4,5 kilómetros aguas abajo de la EDAR de Ágreda-Ólvega", han especificado desde Asden-Ecologistas.

En el punto de vertido de la EDAR, añaden, se observaba un "radical cambio" de la calidad de agua, "perceptible por el color, olor, y por la materia orgánica que se depositaba en la vegetación acuática afectada".

En aras de contextualizar la situación, las asociaciones han recordado que los vertidos al río Val no son un hecho puntual. En el año 2012, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) abrió un expediente sancionador de 6.000 euros a los ayuntamientos de Ágreda y Ólvega por los vertidos de la EDAR originados por filtraciones de aguas pluviales a las defectuosas redes de alcantarillado. "Este problema estructural debió generar vertidos desde la inauguración de la EDAR en el 2008; pero sólo el vertido denunciado por los ecologistas fue oficialmente reconocido, y obligó a los ayuntamientos a solucionarlo", han apuntado.

En junio de 2015, apuntan, "otra vez fueron unos senderistas los que detectaron un posible vertido", similar al de hace unos días pero con un olor químico más intenso. "El vertido fue puesto en conocimiento de la CHE, sin que se haya recibido respuesta todavía", han indicado.

Según los ecologistas, el mal estado de sus aguas en el Cañón del Val impide el disfrute de las infraestructuras recreativas del río; y "dificulta alcanzar un buen estado de conservación del río, incluso para el periodo 2021-2016 tal y como plantea el Plan Hidrológico del Ebro". "A fecha actual la contaminación del río es incompatible con la vida piscícola", destacan.

La contaminación y las espumas, indican, llegan al embalse del Val, que tiene previsto un uso de abastecimiento de agua de boca a poblaciones de Aragón y Navarra. Este abastecimiento, según las mismas fuentes, va a estar obstaculizado por la acumulación de contaminación y su consecuente eutrofización y aparición de cianobacterias y cianotoxinas. "Paradójicamente la función de abastecimiento, que fue una de las excusas que justificaron la construcción del Embalse del Val, no ha sido correspondida con una deseable y esperable calificación de zona protegida para abastecimiento, que conllevaría una mayor exigencia y control sobre los vertidos al río Val", han concluido.