Rosa María Cihuelo: "La Escuela de Salud quiere conseguir una mirada que permita cuidar además de curar"

La Escuela de Salud de Aragón, impulsada por la Dirección General de Derechos y Garantías de los Usuarios, pretende avanzar en el cuidado de las personas y aumentar la alfabetización en salud. La directora de la dirección, Rosa María Cihuelo, lo define como un proyecto "ambicioso" que espera que tenga su propia sede en el futuro.

Zaragoza.- Cuidar a las personas, además de curarlas, es uno de los objetivos que motivó la creación de la Escuela de Salud de Aragón, impulsada por la Dirección General de Derechos y Garantías de los Usuarios del Gobierno de Aragón. Su directora, María Rosa Cihuelo, lo define como un proyecto "ambicioso" que mejorará la capacitación de los pacientes, algo necesario porque los últimos estudios de alfabetización en salud son "descorazonadores".

De momento, la iniciativa se está desarrollando en las instalaciones de la dirección general, aunque según Cihuelo, el objetivo es que, en un futuro, la Escuela de Salud cuente con una sede propia. El proyecto comenzó en abril pero ha sido ahora cuando, gracias a un convenio de colaboración con la Famcp, se puede desarrollar en municipios de menor población. La primera jornada descentralizada tuvo lugar el pasado 3 de agosto en Fraga, donde acudieron más de 120 personas.

Desde la dirección general detectaron que se había producido una desaceleración en el avance del cuidado de las personas a favor del de la ciencia, es decir, del curar. Aunque esto último es positivo, se está poniendo menos interés en lo que supone para una persona comenzar un proyecto vital cuando ha habido un antes y un después en su salud.

Pregunta.- ¿Cómo se intenta paliar con este proyecto esa falta de conocimiento en el cuidado de las personas?
Respuesta.- Una parte muy importante del proyecto es la "Escuela de pacientes". Cuando una persona ha sufrido algún tipo de patología en su salud se pone en contacto con otros pacientes que han pasado por lo mismo. Mediante un lenguaje cercano, asumible y entendible le dice al nuevo diagnosticado cuáles son los procesos por los que va a ir pasando.

En las escuelas andaluza y gallega de pacientes, donde este sistema está muy arraigado, han detectado que genera mayor adherencia al tratamiento, mayor posibilidad de tomar las riendas de tu propia salud, menos reingresos en urgencias y menor ansiedad ante los síntomas que van apareciendo. Entonces se cubre el tiempo que discurre hasta que te dan el alta hospitalaria.

P.- Pero en la Escuela de Salud aragonesa también habrá personal experto.
R.- La escuela pretende ser un punto de encuentro entre lo que generan los profesionales, las asociaciones de pacientes y el destinatario final que es el paciente y/o el ciudadano. Porque la Escuela de Pacientes es solo una pata de la Escuela de Salud, ya que además de las patologías, lo que pretende este proyecto es formar al ciudadano en todos aquellos derechos que le asisten en sus relaciones con el sistema sanitario. Saber cuáles son, cómo puede ejercerlos, qué garantías tiene para ejercerlos y, en cierta medida, hacerle un ciudadano activo y responsable del mejor patrimonio que tiene que es su salud.

P.- Estos talleres formativos de los que habla se pusieron en marcha en Fraga el pasado miércoles 3 de agosto…
R.- Sí porque otro de los objetivos de la Escuela de Salud es intentar minimizar las inequidades territoriales ya que un aragonés que vive en las capitales no tiene las mismas posibilidades que aquellos que viven en un municipio de menos de 1.000 habitantes. Por eso hemos firmado un convenio de colaboración con la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (Famcp) cuyo resultado fue esta jornada.

La DGA firmó un convenio con la Famcp para que la Escuela de Salud llegara a las localidades con menos población
La DGA firmó un convenio con la Famcp para que la Escuela de Salud llegara a las localidades con menos población

Se celebró la primera conferencia divulgativa e informativa de la Escuela de Salud en la comarca del Bajo Cinca gracias a un acuerdo de colaboración con los colegios oficiales de farmacéuticos, en este caso con el de Huesca. En el Salón de Actos de la Comarca tuvo lugar un taller absolutamente trasversal sobre cómo manejar un medicamento, saber leer la información que viene en la caja y en el prospecto, dónde y cómo guardarlo, qué hacer con él cuando ha acabado el tratamiento, qué tener en un botiquín, qué puedo comprar por Internet que sea fiable, cuándo me estoy arriesgando, cuándo no debería hacerlo… En definitiva, un taller muy interesante que permite empoderar al ciudadano respecto de todas las cosas que tienen que ver con su salud.

P.- ¿Hay otras jornadas previstas?
R.- La fecha cerrada no pero sí que en la primera quincena de septiembre, en colaboración con los diferentes Consejos de Salud de Zona, se irán realizando más talleres de este tipo. Talleres como el de la jornada de Fraga, que se hace en colaboración con los farmacéuticos, se repetirán en otra comarca de la provincia de Zaragoza y en otra de Teruel. Paralelamente, en Consejos de Salud de Zona de ciudades interesadas, empezaremos a desarrollar otros talleres que tienen que ver con los derechos y deberes de los ciudadanos respecto de su salud.

P.- ¿Por qué es fundamental el concepto de alfabetización de la salud?
R.- Una de las competencias de nuestra dirección general es testar cuál es el nivel de alfabetización que tienen los aragoneses y las aragonesas y la verdad es que los últimos estudios son un poco descorazonadores. Es nuestra obligación y responsabilidad poner en pie al ciudadano, que sepa cuáles son las maneras de proteger su mejor patrimonio, su salud.

Hay muchos ciudadanos que todavía no saben cuáles son sus derechos, los que les permiten, según la ley 2/2004, la autonomía del paciente, ser el centro del sistema sanitario. El derecho a una segunda opinión es uno de ellos, pero muchas veces se confunde con el derecho a la canalización o a una derivación. Otros son el derecho a la libre elección de médico, de hospital o de especialista; el derecho a la dignidad de la persona en el proceso de morir; las últimas voluntades… Muchos de estos derechos se desconocen. Pero luego hay otros igual de importantes que son los derechos que tienen que ver con la participación en una cogestión responsable para la sostenibilidad del sistema sanitario.

P.- ¿Esta alfabetización puede conllevar problemas si la gente se siente demasiado autónoma a la hora de tomar decisiones médicas?
R.- Si la alfabetización es correcta, lo que se va a conseguir es que el ciudadano sea consciente de cuáles son sus derechos pero también sus deberes. Si se hace de manera adecuada, para eso está la Escuela de Salud, se conseguirá que la información tenga el proceso que tiene que tener toda información para pasar a ser conocimiento. 

Se trata de que todos nos concienciemos de que no hay otro patrimonio que pueda superar al de la salud. Además hay que tener presente que es algo colectivo, no individual.

P.- Hablando de colectividad, ¿cómo sería una sociedad sana?
R.- Una sociedad sana no está compuesta por personas carentes de enfermedades, porque la enfermedad es algo que, más tarde o más temprano, nos va a afectar a todos. Cuando hablamos de una sociedad sana hablamos de una sociedad comprometida que no mira a otro lado cuando ve casos de violencia de género, de ancianidad, de soledad, de personas que están tres días sin hablar con nadie, que no se acuerdan de cuándo tienen que tomar su medicamento… Es decir, una sociedad que no deja en la cuneta a los más vulnerables.

Hablamos de alfabetización en salud cuando hablamos de personas comprometidas con la convivencia, con la solidaridad, con la generosidad, con el voluntariado… En definitiva, con una mirada que vaya más allá del utilitarismo, generosa y que permita no solo curar sino también cuidar. De eso hablamos con la Escuela de Salud.

P.- Además de los proyectos que ha explicado de la Escuela de Salud, ¿hay más iniciativas para el futuro?
R.- La Escuela de salud es un proyecto ambicioso que pretende crear una sociedad más comprometida que mire hacia un nuevo modelo de salud en el que no solamente nos acordemos del sistema sanitario cuando estemos enfermos y vayamos a demandar un servicio.

Desde mi punto de vista hemos corrido demasiado hacia lo individual, por lo que cuando nos afecta algo grave que rompe con nuestro proyecto vital y hay que empezar con una nueva vida, nos encontramos perdidos y no sabemos hacia dónde acudir.

La Escuela de Salud pretende que nunca perdamos de vista que somos una sociedad en la que todos nos apoyamos entre todos. También busca el intercambio y la comunicación, es decir, que lo que hacen los investigadores y los docentes sea conocido por los destinatarios finales y que, en ese recorrido, hay otro montón de personas que participan y que conforman un sistema cálido. 

Cihuelo define la Escuela de Salud como un proyecto muy
Cihuelo define la Escuela de Salud como un proyecto muy "ambicioso"

La Escuela de Salud también pretende crear un espacio en el que haya un convenio con la Universidad. En concreto, con las diversas facultades que tienen que ver con la ética, los principios morales de una sociedad, el respeto por los valores de una persona… Es decir, la Facultad de Derecho, la Facultad de Medicina, la Facultad de Trabajo Social o la Escuela de Enfermería.

P.- En lo referente a su trayectoria profesional, que comenzó en septiembre, ¿qué avances destacaría de la Dirección General de Derechos y Garantías de los Usuarios?
R.- El giro que ha dado en lo referente a la gestión de las quejas y las sugerencias. Antes, cuando el ciudadano se relacionaba con el sistema sanitario demandando un servicio, contaba a la dirección general cuál había sido su experiencia. Lo que hemos hecho este año es girar la mirada, es decir, no esperar a que venga el ciudadano, sino salir nosotros a empoderarle, a formarle, a darle conocimiento y a decirle que tiene las riendas de su salud y de lo que quiere que sea una sociedad sana.