Zaragoza.- Chunta Aragonesista ha alertado de que la sentencia dictada por la Sala Tercera del Tribunal Supremo, en la que se incluye el Catálogo de especies invasoras regulado por el Real Decreto 60/2013, "perjudica gravemente" al Bajo Aragón Caspe y el Bajo Cinca, ya que la pesca deportiva es un factor clave en el turismo que reciben las dos comarcas. En Aragón se realizan 800 competeciones deportivas dentro de esta modalidad. La mayoría tienen lugar en el "Mar de Aragón" y el embalse de Ribarroja.
"El Gobierno de España tendría que aprovechar la oportunidad que permite la legislación para conseguir limitar el impacto económico que para el Bajo Aragón Caspe y el Bajo Cinca puede suponer la sentencia del Tribunal Supremo sobre las especies invasoras", ha afirmado el coordinador del Rolde de Medio Ambiente y Política Hidrológica de Chunta Aragonesista, David Félez.
Félez ha explicado que "es necesario abordar este problema desde cada ámbito de responsabilidad, con diálogo y acuerdos”. En su opinión, hay que “respetar el objetivo final: la supresión de especies invasoras”, pero, al mismo tiempo, establecer “sistemas propios en aquellos lugares "no naturales", como son los embalses, con un programa de gestión específico que se adapte de forma más adecuada al entorno”, para no perjudicar el turismo y la economía de las zonas afectadas.
En este sentido, ha hecho un llamamiento al nuevo Gobierno del Estado para que ponga en marcha medidas de tipo legal. El coordinador del rolde de Medio Ambiente y Política Hidrológica de Chunta Aragonesista ha exigido la adaptación del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo de 1143/2014, donde “se podría regular en su artículo 9 este tipo de cuestiones específicas mencionadas en función del impacto social y económico en las zonas afectadas, modificando, por tanto, la ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad".
Además, ha propuesto establecer un mayor número de controles públicos en las zonas citadas para preservar estas prácticas deportivas de actividades ilegales, dotarlas de contenedores adecuados para el depósito y posterior tratamiento de estas especies invasoras, o crear un "sistema de cupos” para las capturas.
Félez ha aclarado que realiza todas estas propuestas “sin olvidar el grave problema ambiental para el ecosistema fluvial que suponen las especies invasoras” y añade que "y si hay excepciones como las que planteamos en zonas "no naturales" es porque hay medios, materiales y humanos, para poder controlar su expansión".
En definitiva, ha dicho que “se trata de compaginar la imprescindible sostenibilidad ambiental con la necesidad de paliar el impacto económico específico y concreto en zonas muy determinadas como la dos comarcas aragonesas citadas".
