REAL ZARAGOZA

¡Manos arriba! (0-1)

Una nefasta actuación arbitral decidió el choque entre el Real Zaragoza y Nàstic, como viene siendo habitual decantándose la balanza del lado catalán. Un penalti que sólo vio De la Fuente sirvió para que Naranjo anotara el definitivo 0-1. Minutos después Lanzarote mandaba alta una pena máxima, escapándose las opciones de ascenso directo.

Zaragoza.- Tal y como vinieron, se fueron, a la misma velocidad. Las opciones de ascenso directo del Real Zaragoza se minimizan de tal manera que prácticamente no existen tras caer por 0-1 ante el Nàstic en La Romareda. Un encuentro, y ya no es ninguna novedad, que los catalanes decidían desde el punto de penalti en el enésimo error arbitral del año en contra de los intereses de los blanquillos.

En el once de Lluis Carreras, la única novedad respecto a Soria del regreso de Guitián al centro de la zaga en detrimento de Rubén. Y, en la grada, más número 12 que nunca con la afición entonando el himno en la salida de los jugadores al campo. Eso sí, los minutos iniciales estuvieron muy marcados por los nervios y las imprecisiones, conscientes ambas escuadras de lo que ponían en juego. La calma la ponía, quién si no, un Manu Lanzarote que servía para que Hinestroza rematara fuera en escorzo, en la primera ocasión del partido.

Mientras, Emana era el que mayor peligro llevaba sin duda en las filas tarraconenses. El camerunés, de hecho, lograba salvar en mano a mano la salida de Manu Herrera pero su disparo se marchaba ligeramente desviado en el minuto 18. El Real Zaragoza necesitaba pero no encontraba una posesión larga, con Morán y Ros especialmente desdibujados con el esférico. Ros, por cierto, no estará en Huesca tras ver la décima amarilla. Sin grandes alardes, pero parecía que los visitantes se encontraban ligeramente más cómodos con su plan de esperar atrás.

Por ello, los maños se veían obligados a probar desde fuera. En un disparo de Rico con la derecha, Reina despejaba con apuros a córner cuando ya se cantaba el gol. Sin embargo, el susto llegaba poco después cuando Guitián despejaba mal y el balón andaba cerca de colarse en las mallas de Herrera. Por fin el encuentro parecía romperse un poco y el orden, en la recta final, desaparecía por momentos. En un destello de enorme calidad de Emana, el Nàstic reclamaba penalti de Isaac sobre Naranjo que el colegiado no consideró lo suficiente para ser punible.

Y es que los visitantes parecían encontrar un filón en la excesivamente adelantada línea defensiva blanquilla. Además, con balón el Real Zaragoza seguía sin dar ningún tipo de seguridad y encadenar cuatro pases seguidos se convertía en un imposible. Por ello el balón parado se erigía en el mejor aliado local, con Manu Lanzarote a los mandos. Aún tendría Ángel una gran ocasión al filo del descanso, pero el esférico no quería entrar y el electrónico no se movería.

Segunda parte

La segunda mitad comenzaba con lluvia, tormenta y un gran susto. Naranjo remataba completamente solo dentro del área, pero se le marchaba alto. Parecía que el choque se abría más y que ambas escuadras contaban con más facilidades para pisar terreno de juego contrario. En una de ellas Rico intentaba el pase de la muerte, pero la zaga catalana cortaba in extremis evitando el primer tanto.

Dorado, técnico desde el banquillo por la sanción de Carreras, movía con la entrada de Diamanka en lugar de Javi Ros. De nuevo a balón parado, Ángel cabeceaba desviado por milímetros el enésimo buen servicio de Lanzarote. Eran los mejores minutos del partido para un Real Zaragoza que pisaba más que nunca el área de Reina. El segundo movimiento suponía la entrada de Dongou en detrimento de Ángel.

El cansancio era ya más que visible en ambas filas cuando, con 0-0, el choque se encaminaba hacia los últimos 15 minutos. Regresaría Pedro semanas después de su lesión en el lugar de un Hinestroza físicamente agotado. Pero el encuentro había bajado tanto de ritmo como de decibelios y el Nàstic comenzaba a asomarse al área de Manu Herrera. En una de esas arrancadas, el colegiado obviaba una clara falta a Isaac y después, en el corte de Guitián, señalaba penalti por una supuesta mano que nadie vio más que él. Igual que López Amaya en Soria. Igual que tantos otros que esta temporada han optado por minar el ascenso del Real Zaragoza.

Naranjo engañaba a Manu Herrera y materializaba un 0-1 que nunca debió subir al electrónico. No tardaría mucho el impartidor de justicia en ver, esta vez sí, un claro penalti en área contraria. El Nàstic, sobre todo por medio de Reina, trató de desestabilizar de todas las formas posibles al lanzador, Manu Lanzarote, utilizando todo tipo de tretas que nada tienen que ver con lo deportivo. Y el barcelonés lo mandaba por encima de la portería.

No reaccionarían ya los maños a un jarro de agua fría terrible, que supone olvidarse por completo del ascenso directo y tratar de centrarse en atar los playoff. De nuevo una lamentable actuación arbitral impedía, en un mejorable partido del Real Zaragoza, acercarse al gran objetivo de este año y que tras este domingo queda muy difuminado. La Romareda se vaciaba al mismo ritmo que, las ilusiones, se escapaban.