La Zaragoza de los Sitios revive su capitulación ante el ejercito de Napoleón

La Asociación Cultural "Los Sitios de Zaragoza" ha rememorado, 207 años después, la capitulación de los defensores de la capital aragonesa ante el ejército francés. El acto de recreación ha contado con participantes ataviados de soldados, campesinos y feligreses, y ha finalizado con una ofrenda floral en honor a los caídos.

Zaragoza.- El 20 de febrero de 1809, tras un largo asedio de 52 días, la ciudad de Zaragoza capitulaba ante las tropas de Napoleón en el segundo sitio. Y este domingo, 207 años después, la Asociación Cultural "Los Sitios de Zaragoza" ha rememorado, por octava edición consecutiva, el cumplimiento de las imposiciones francesas por parte de los defensores de la capital aragonesa.

En la Plaza del Portillo, a los pies de la efigie de la heroína Agustina de Aragón, la lectura del Diario de Casamayor y el Acta de Capitulación han dado comienzo a la ceremonia de recreación, en torno a las 11.50 horas. Bajo un sol resplandeciente, que ha sacado brillo a los trajes de soldados, campesinos y alguna que otra hermana feligresa, los participantes de diferentes asociaciones, como "Voluntarios de Aragón", "Royo del Rabal" y "Tío Lucas", han recreado una vuelta a la Zaragoza de los Sitios; una Zaragoza diezmada por una epidemia de tifus que causó muchas más bajas que los constantes ataques de las tropas francesas. Todo ello, en una batalla donde el coraje de los zaragozanos obligó a los franceses a sitiar la ciudad casa por casa.

A las 12.00 horas, el doblar de las campanas de la Iglesia del Portillo ha marcado el inicio de la marcha de estos personajes simbólicos de la Zaragoza de los Sitios hasta las inmediaciones del Palacio de La Aljaferia. Allí, se ha realizado una ofrenda floral en el olivo centenario, situado en el Parque de las comarcas. Tras despositar varias docenas de claveles rojos y amarillos, las salvas disparadas por el regimiento de Voluntarios de Aragón han dado paso al discurso del párroco del Portillo, en honor a los caídos en esta cruenta guerra librada contra el ejército francés.

Un centenar de curiosos se han acercado a contemplar estas escenas de recreación histórica que retrotraen a la ciudad a uno de sus momentos históricos, donde el espíritu inmortal de Zaragoza quedó más patente que nunca.