El Convento de las Agustinas de Mirambel abre al público después de 452 años

El Convento de las Agustinas reabre sus puertas después de 452 años cerrado. Este sábado por la mañana se ha inaugurado la rehabilitación del edificio, en el que ahora se ubican la oficina de turismo y el Centro de Interpretación de Arquitectura del Maestrazgo. Aún están pendientes de restaurar unas pinturas murales.

Zaragoza.- Después de 452 años, el Convento de las Monjas Agustinas de Mirambel ha vuelto a abrir sus puertas al público. Este sábado se ha inaugurado la rehabilitación de este edificio, unas obras que se han acometido gracias al FITE del 2014. El proyecto se ha realizado en varias fases y, a su vez, se han desarrollado mejoras a través de un taller de empleo.

En la planta baja se han ubicado la oficina de turismo y el Centro de Interpretación de Arquitectura del Maestrazgo, hasta ahora localizados en el Ayuntamiento. Además, en la misma altura, las antiguas cocinas se han reconvertido en salas de exposiciones. En la planta superior se alojan unas pinturas murales que se han encontrado y que están pendientes de ser restauradas.

"Para dinamizar el uso del espacio se va a incluir el Convento en el circuito de exposiciones del Departamento de Educación, Cultura y Deporte a través de la Dirección General de Cultura y Patrimonio”, ha anunciado la consejera de Cultura, Mayte Pérez.

La consejera también ha avanzado que el Departamento ha iniciado gestiones para que la primera sede de la exposición itinerante “Reconociendo el Patrimonio español en Europa”, de la asociación Hispania Nostra (miembro de Europa Nostra), que este año celebra su 40 °Aniversario, sea Mirambel.

Además de Pérez, en la inauguración han participado el consejero de Presidencia, Vicente Guillén; el director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Ignacio Escuín; la alcaldesa de Mirambel, Carmen Soler; el arquitecto de la obra, Luis Moreno; la presidenta de la Fundación Blasco de Alagón, Lucía Martí; la técnico de restauración, Ana Cañizares, y el presidente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez.

El centro religioso fue fundado por cuatro monjas de la orden de San Agustín, procedentes del convento de Nuestra Señora de la Esperanza (Valencia). En 1564 tomaron posesión de la ermita de Santa Catalina Mártir, que se convirtió en la casa de la comunidad y, el hospital anejo a la ermita en las dependencias del convento.

Fue un convento muy significativo con capacidad económica, debida a las abundantes vocaciones provenientes de las familias más poderosas de la zona. Además, contribuyó a la fundación de otros conventos de clausura femenina de la orden entre los Siglos XVI a XVIII como Morella, Santa Mónica (Zaragoza), San Mateo o Ulldecona.

Pero en 1980, las monjas abandonaron Mirambel para trasladarse a Benisssin, donde sigue viva la comunidad con el nombre de Convento de Nuestra Señora de Mirambel.

La iglesia de Santa Catalina

La Iglesia de Santa Catalina se encuentra incluida en el convento. Existe un pergamino en el Ayuntamiento, que data del año 1413, por el que se sabe que el Papa Benedicto XIII había excomulgado al pueblo de Mirambel por derruir una ermita situada a extramuros para usar su piedra en la construcción de una muralla.

Fue necesario un compromiso de reedificar la iglesia para que se le levantara la excomunión, y probablemente, podría tratarse de esta iglesia. Durante la Guerra Civil perdió sus altares, aunque aún hoy conserva el órgano renacentista en el coro alto (separado de la nave de la iglesia por unas celosías que evitaban que las monjas fueran vistas durante sus rezos y que ahora son accesibles para el público tras su rehabilitación).

Portal de las monjas

Situado sobre el arco del “portal de las monjas”, es una de las entradas a la localidad. Se trata de un mirador cubierto por unas celosías de yeso se singulares formas geométricas, emblema de la arquitectura de Mirambel, al que se accede desde la celda de la superiora, la más amplia y donde el año pasado se descubrieron unas pinturas en grisalla renacentista que todavía están pendientes de estudio.

Escuela

En 1855, el convento estaba en peligro de desaparecer y las monjas suplicaron a la Reina Isabel II que evitara su cierre. Para ello, la reina dispuso la apertura de una escuela para niñas, donde se impartían conocimientos de gramática, geografía, aritméticas, religión o prácticas de cosido y remiendo.

Por su vinculación histórica y cultural, el convento se ha convertido en un símbolo de la localidad de Mirambel y ha trascendido a la Comarca del Maestrazgo, la provincia de Teruel y Aragón, llegando a alcanzar singularidad nacional.