La Plataforma Loporzano sin Ganadería Intensiva espera que el proyecto de dos granjas de porcino se paralice en Pleno

La Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva espera que el proyecto de dos granjas de porcino en la zona se paralice en el Pleno de la localidad. Serán los representantes políticos los que decidan tras la presentación de unas 30 enmiendas a un proyecto de dos explotaciones de porcino con 1.999 cabezas de ganado cada una.

Huesca.- La Plataforma Loporzano sin Ganadería Intensiva sigue a la espera del Pleno del Ayuntamiento de la localidad para saber si se da luz verde a los dos proyectos de ganadería intensiva que se podrían instalar en el núcleo. Dos granjas de porcino de 1.999 cabezas cada una, que según la plataforma afectarían a la economía de la zona, además de incidir en lo medioambiental. Problemas como el acopio de agua, la gestión de purines o las afecciones a zonas cercanas son escollos insuperables para los 662 vecinos que la conforman.

Los vecinos lamentan las afecciones que pueden traer ambas granjas al municipio como es el caso de problemas en el acopio de aguas, la gestión de purines y en los accesos a las mismas, ya que las carreteras no están preparadas para el tráfico de grandes camiones. Al respecto la portavoz de la plataforma, Pilar Torres, ha dejado patente que “la ganadería intensiva no es un modelo económico para nosotros en nuestra zona. Creemos que es un negocio exclusivo e irreversible que afecta a nuestro modelo sostenible”.

En este momento el proyecto ha superado el proceso de información pública. Se han presentado un total de 30 enmiendas, tanto de la plataforma como a título individual, que se deberán debatir y aprobar en sesión plenaria. “Si el Pleno lo saca adelante nos queda la aprobación por parte del Inaga, aquí se acaba la vía administrativa”, ha expuesto el miembro de la plataforma, Jaime Seuma, que ha recordado que el Ayuntamiento mantiene una actitud “aséptica” en este conflicto.

Desde la plataforma consideran que los proyectos no son rigurosos con las normas medioambientales y no cuentan con aspectos tan importantes como el acopio de aguas “que está condicionado a la construcción de pozos en una zona de secano”, ha expresado Seuma. También entienden que la construcción de las granjas pone en grave peligro la actividad turística de la zona afectada por los olores que puedan derivarse de la actividad ganadera.