Zaragoza.- Las reacciones a la aprobación de la revisión del Plan Hidrológico del Ebro por parte del Consejo de Ministros no se han hecho esperar. Este plan tiene una vigencia de seis años y es una continuidad del anterior. Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro se señala que se ha hecho un esfuerzo importante en adaptarse a la Directiva Marco del Agua tanto en el estudio de recuperación de costes de las inversiones, la caracterización de las masas de agua o la actualización del inventario de zonas protegidas mientras que los ecologistas advierten de que no se cumple y que puede haber peligro de perder ayudas.
Las obras incluidas son el proyecto de modernización de regadíos de Bardenas, las de Biscarrués con el embalse de 35 hectómetros cúbicos en el río Gállego, se seguirá con Mularroya, comenzará pronto Almudévar y se continuará con el recrecimiento de Yesa.
La reserva hídrica sigue contemplando la reserva hídrica del Estatuto de Aragón d 6.550 hectómetros cúbicos, de los que 4.260 para los usos actuales consolidados; 1.400 para nuevos desarrollos del plan; y 850 para reservas estratégicas. Mientras, el caudal ecológico se ha fijado con criterios técnicos, motivo de combate con Cataluña por el Delta.
El plan contra el lindano sólo contempla doce millones de euros para este 2016 desde el Gobierno central para labores de descontaminación y hacer canalizaciones para dar agua desde fuentes alternativas no contaminadas.
