Opinión

La desconcentración municipal, una asignatura pendiente

Desde que en 1982, en los tiempos del alcalde Sainz de Varanda, se crearon en Zaragoza las Juntas municipales de Distrito (con el nombre de Consejos de Distrito), poco se ha avanzado para trasladar definitivamente gran parte de la gestión y prestación de los servicios municipales a los distritos urbanos y barrios rurales.

Desde que en 1982, en los tiempos del alcalde Sainz de Varanda, se crearon en Zaragoza las Juntas municipales de Distrito (con el nombre de Consejos de Distrito), poco se ha avanzado para trasladar definitivamente gran parte de la gestión y prestación de los servicios municipales a los distritos urbanos y barrios rurales. Desconcentrar es crear otros centros administrativos en los barrios acercando territorialmente la gestión centralizada y servicios de todas las Áreas municipales a los vecinos. Ello requiere también la simultánea reestructuración y modernización de esta Administración, aplicando las herramientas para la implantación generalizada de la administración electrónica y los derechos de los ciudadanos previstos en  la legislación de Acceso electrónico a los servicios públicos, cuyo plazo máximo de aplicación vencía el 31 de diciembre de 2012.

Los procesos de participación ciudadana y de descentralización de la gestión de las grandes ciudades han estado siempre vinculados entre sí desde su impulso en los años 80 con los primeros ayuntamientos democráticos. Facilitar nuevos cauces de participación individual y colectiva, y animar a la gente a implicarse, comprometerse y participar aportando sus ideas, propuestas, sugerencias, alegaciones, reivindicaciones, etc., creando expectativas, no es suficiente, ni garantiza la credibilidad del sistema, sino se reforma, simplifica y  aproxima simultáneamente la gestión municipal  desde el punto de vista territorial, pues lo que más pudiera interesar a los ciudadanos es que los servicios públicos funcionen correctamente, sean accesibles, de calidad, y sus impuestos se gasten correctamente.

En Zaragoza hay actualmente 14 Distritos urbanos y sus correspondientes Juntas de Distrito y 14 Alcaldías de Barrio con sus Juntas Vecinales, pero la gestión de los servicios centrales de la Casa Consistorial, del antiguo Gobierno Militar, y del Seminario no admiten dividirse o trocearse en tantos centros municipales por razones logísticas operativas y de eficacia.

Es aconsejable que la Administración municipal llegue a todo el territorio de la Ciudad, acercándola a los vecinos y colectivos, promoviendo un proceso de desconcentración de las Oficinas de todas las Áreas en cinco grandes Centros Administrativos de atención al ciudadano aprovechando los inmuebles disponibles:

— Casa Consistorial: Casco Histórico, Centro, Margen Izquierda (El Rabal y Actur) y Santa Isabel. Barrios rurales del Norte y Movera.
— Centro administrativo EL SEMINARIO: Universidad, Casablanca, Oliver-Valdefierro, Miralbueno, Valdespartera y ARCOSUR.
— La Harinera: San José, Las Fuentes y Torrero. La Cartuja Baja.
— Cubos del CAT-ETOPIA: La Almozara, Delicias, Torres San Lamberto.
— Alcaldía de CASETAS: Barrios de Carretera Logroño.

Todo ello obligaría a reagrupar y/o reasignar, en su caso, las competencias administrativas de los actuales Distritos urbanos y de las Juntas Vecinales de Barrios Rurales, reanudándose el proceso de descentralización municipal iniciado en la década de los 90 y no concluido, combinado con la aplicación sistemática de las gestiones “on line” para evitar desplazamientos del público y colas en mostradores.

Estos Centros, debidamente reformados y habilitados para la atención presencial, asumirían funciones, servicios y prestaciones directamente relacionadas con la información general y particular, atención al público, gestiones administrativas, etc. de todas las áreas operativas del Ayuntamiento de forma integral y homogénea, dotadas de empleados polivalentes en número adecuado y suficiente. Se transferirían competencias y partidas de gasto para poder gestionar los servicios.

Este proceso requiere su estudio técnico e institucional, pero sin muchas dilaciones. En las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao, etc. ya existen desde hace años los llamados “ayuntamientos de barrio o distrito”. Todo está inventado pues; y debe aplicarse el modelo adaptado a nuestra realidad demográfica y territorial del término municipal. Los vecinos saldrán beneficiados por ello.