El porcentaje de trabajadores con 55 o más años ha pasado en Aragón del 11,5% al 16,7% entre 2006 y 2015, una cifra algo inferior a lo ocurrido en el resto de España. La crisis ha fomentado este envejecimiento de las plantillas, que se ha visto más acrecentado en Aragón debido a que la Comunidad cuenta con una población, en general, más envejecida.
Es prioritario para las empresas adecuarse a esta situación e intentar aprovechar las capacidades y beneficios que otorgan los trabajadores más veteranos. Los empleados más mayores aportan a las empresas valores intangibles, pero fundamentales, como experiencia, capacidades de gestión o pensamiento crítico.
Sin embargo, también es esencial incorporar jóvenes a las plantillas, luchar contra el desempleo juvenil, y fomentar la unión entre estos y los trabajadores más veteranos. Las nuevas incorporaciones pueden aportar a las empresas fortalezas propias de su generación necesarias para las compañías. Son nativos digitales, suelen afrontar los retos con mayor ilusión, están más unidos a aspectos creativos y están más acostumbrados a trabajar en equipo.
Las empresas deben fomentar y beneficiarse del trabajo conjunto entre jóvenes y mayores y convertirlo en un factor de competitividad. Por ello, es necesario no excluir a ningún trabajador por su edad y abordar esta nueva situación desde las administraciones y empresas para implementar medidas que ayuden a generar estas sinergias.