Sin excusas para mantener los Bienes en Cataluña

Aragón ha defendido este lunes su legitimidad para reclamar la devolución de las pinturas murales del Monasterio de Sijena. Lo ha hecho en una vista previa al juicio oral –que tendrá lugar los próximos 18 y 19 de enero- a la que también han asistido los letrados del Museo Nacional de Arte de Cataluña y de la Generalitat.

Aragón ha defendido este lunes su legitimidad para reclamar la devolución de las pinturas murales del Monasterio de Sijena. Lo ha hecho en una vista previa al juicio oral –que tendrá lugar los próximos 18 y 19 de enero- a la que también han asistido los letrados del Museo Nacional de Arte de Cataluña y de la Generalitat.

Cataluña cuestiona por su parte la legitimidad de Aragón para reclamar estas pinturas y defiende el proceso histórico seguido por la Generalitat para favorecer su protección, cuidado y restauración. Argumentos superficiales y vacíos pues, según demuestra una orden del Ministerio de Cultura de 1951, ni hubo venta, ni existe título de propiedad que sustente su mantenimiento en Cataluña.

Sólo esta orden debería servir para que la Generalitat devuelva a Aragón el patrimonio que es de los aragoneses. Su estancia en Cataluña responde a un mero depósito y no se puede tolerar que las autoridades catalanas sigan custodiando unos bienes que no les pertenecen.

Las maniobras dilatorias de Cataluña para retrasar el proceso judicial son un fiel reflejo de la debilidad de sus argumentos y, ante esto, la Justicia debe ser firme y reconocer la legítima propiedad de estas pinturas que datan de siglo XIII y poseen un extraordinario valor artístico.

El Gobierno de Aragón tiene previsto licitar las obras de restauración de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena en el primer semestre de 2016 para demostrar así su interés por mantener estas piezas cuando regresen. Ahora bien, la actitud del Ejecutivo no puede quedarse aquí, sino que debe insistir y trabajar con esmero -como ha comenzado a hacerlo- para que Cataluña acate de una vez por todas las sentencias y Aragón recupere estas obras. Asimismo, no debe temblarle el pulso para llamar a la puerta de La Moncloa y reclamar la implicación del Gobierno central en esta cuestión que arrastra años de historia.