Fiestas del Pilar: retrospectiva de un icono de la capital aragonesa

Las Fiestas del Pilar de Zaragoza son todo un referente festivo y cultural en España. Su celebración se remonta al siglo XVII y, desde entonces, el fervor y devoción por la Virgen del Pilar ha ido en aumento. Hoy es una de las fiestas más multitudinarias del país y la Ofrenda de Flores se ha convertido en el icono de la capital aragonesa.

Zaragoza.- Cuenta la tradición cristiana que la Virgen María se apareció en Caesaraugusta al apóstol Santiago el Mayor el 2 de enero del año 40. Lo hizo a orillas del río Ebro, después de que el discípulo de Jesucristo viera flaquear sus esfuerzos por llevar el mensaje de Jesús en estas tierras.

La Virgen se mostró en carne mortal, puesto que aún no había muerto, para renovar los ánimos del apóstol y le entregó el Pilar, la columna de jaspe sobre la que se apareció María, como símbolo de la fortaleza que debía tener su fe. Además, la Virgen pidió a Santiago que sobre ese pilar construyeran un templo, es ahí donde hoy se levanta la Basílica de Nuestra Señora del Pilar.

A lo largo de los siglos la devoción por la Virgen del Pilar fue creciendo y no sería hasta el 10 de octubre de 1613 cuando el Concejo de Zaragoza propuso guardar fiesta el 12 de octubre en honor a la Virgen. Tres décadas después, el 27 de mayo de 1642, el mismo Concejo nombró a la Virgen del Pilar patrona de la ciudad.

No sería hasta comienzos del siglo XIX cuando la capital aragonesa empezara a celebrar las Fiestas del Pilar con actos más allá de la festividad del día 12. Los primeros festejos de los que se tiene constancia son los del año 1723, cuya celebración se llevó a cabo del 12 al 20 de octubre. Por aquel entonces se celebraba una procesión el día del Pilar, toros y pasacalles.

Los desfiles llegarían a las fiestas en los tiempos de la I República, en 1873, cuando una gran cabalgata recorría las principales calles de la ciudad hasta la Plaza de Toros. Dos décadas después, en 1894, nacería uno de los hitos hoy en día de estos festejos: el Certamen Oficial de Jota, del que han salido los grandes joteros de Aragón.

El dúo Amaral fueron los pregoneros de 2006
El dúo Amaral fueron los pregoneros de 2006

A lo largo del siglo XX, Zaragoza fue añadiendo a los programas de fiestas diferentes actividades lúdicas, religiosas y deportivas, muchas de las cuales hoy en día son parte imprescindible de la fiesta como la Ofrenda de Flores, la de Frutos, la Feria General de Zaragoza o el Rosario de Cristal, entre otras muchas.

Desde 1949 hasta 1978, Zaragoza tuvo Reina de Fiestas y Corte de Honor. Y sería con la llegada de la Democracia cuando el Ayuntamiento decide dar un giro a los festejos y sacar la fiesta a la calle hasta convertirlas en las fiestas que hoy conocemos.

Conciertos, vaquillas, tradición, religión, teatro, danza, festivales, artesanía, comparsa de gigantes y cabezudos y numerosas actividades más convierten a Zaragoza, cada mes de octubre, en una gran fiesta para todos los públicos y en todo un referente festivo y cultural en el país.

Flores y frutos para la Virgen

No hay duda de que el acto más representativo de las Fiestas del Pilar es la Ofrenda de Flores a la Virgen del día 12, una tradición que se remonta a 1958, fecha en la que tuvo lugar la primera ofrenda por las calles del centro y a la que asistieron unas 2.000 personas. La idea de este acto estuvo motivada tras la visita de una delegación del Ayuntamiento de Zaragoza al Levante, donde las tres capitales (Castellón, Valencia y Alicante) venían celebrando ofrendas a sus respectivas patronas desde los años 40. La delegación zaragozana quedó prendada de este acto y decidió llevarlo a cabo en Zaragoza.

Para 1960, la Ofrenda de Flores ya se consideraba "tradicional" y, cinco años más tarde, el éxito de este acto permitió que las del Pilar fuesen declaradas "Fiestas de Interés Turístico Nacional". Fue en esta década también cuando se creó la Ofrenda de Frutos, que se celebra desde 1964 cada 13 de octubre y en la que las casas regionales son las principales protagonistas. Todos los alimentos ofrendados a la Virgen del Pilar son distribuidos posteriormente a distintos centros asistenciales de la ciudad.

Hasta los años 90, la imagen de la Virgen del Pilar se colocaba en la fachada de la Basílica, frente a la calle Alfonso. Sin embargo, el cineasta Bigas Luna propuso cambiar la ubicación de la Virgen al centro de la plaza y mirando hacia La Seo. Se conseguía así mejorar el acceso de los participantes a la vez que permitía un incremento del manto floral, que creció hasta los 15 metros de alto.

Javier Coronas fue el pregonero en 2004
Javier Coronas fue el pregonero en 2004

Con el paso de los años, la afluencia a la Ofrenda de Flores ha ido creciendo, pasando de los 50.000 oferentes en los años 80 a la cifra récord de 340.000 del año pasado. Para este 2015, esta cifra podría batirse de nuevo, ya que en esta edición saldrán un total de 620 grupos, 89 más que en 2014.

Fervor de Cristal

A pesar de que la tradición de que el 13 de octubre salga por las calles del centro de Zaragoza el Rosario de Cristal se remonte al año 1889, fue un siglo antes cuando nació lo que después se convertiría en uno de los actos más representativos de las Fiestas del Pilar.

La primera referencia sobre el rezo del Santo Rosario en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar aparece en el Libro de Actas de la Real Cofradía del Santísimo Rosario, en el año 1755, donde una mujer, vecina de Zaragoza, empezó, junto con un grupo reducido de personas, a rezar el Rosario en la capilla de la Virgen, saliendo a la calle en los últimos Misterios. Este Rosario, llamado de la Aurora, fue aumentando con los años pasando a salir a la calle con estandartes y hachas encendidas. Algunos años después, se conformó la salida del "Rosario General", que recorría la ciudad la tarde-noche del 12 de octubre.

A principios de 1889, la Cofradía del Santísimo Rosario de Nuestra Señora del Pilar concibe la idea de dotar a la procesión del rezo del Rosario de una colección de faroles los cuales serían llevados por los fieles. Estos tendrían la función de sustituir las tradicionales hachas, velas y estandartes que se habían usado hasta ese momento. Además, simbolizarían cada una de las partes de la oración del rosario que los devotos iban rezando: los Misterios, los Padrenuestros, las Avemarías, los Glorias y la Letanía.

El encargo se realizó al arquitecto del Ayuntamiento Ricardo Magdalena. De este modo, la colección de faroles salió a la calle en la procesión del 12 de octubre de 1889 impresionando a zaragozanos y visitantes. Sin embargo, no sería hasta un año más tarde cuando se pudo contemplar la obra terminada (13 de octubre de 1890). Este fue el día en el que el acto se empezó a denominar Rosario de Cristal.

El acto congrega, cada año, a cientos de miles de devotos
El acto congrega, cada año, a cientos de miles de devotos

Este acto es una de las tradiciones religiosas más arraigadas entre los zaragozanos y uno de los que más sentir provoca entre los devotos. Además, el Rosario de Cristal está considerado una manifestación artística de gran valor por sus faroles y recreaciones.

Entre las obras más populares de esta procesión está la Gran Cruz del Rosario, que abre la procesión; el templo del Pilar, reproducción de la Basílica con miles de trozos de cristal, o el barco de La Hispanidad, en el que aparece la Virgen sobre la proa de la carabela Santa María rodeada con las banderas de las naciones de América Latina y España.

Poniendo voz a las Fiestas

Para encontrar al primer pregonero de unas Fiestas del Pilar hay que remontarse al año 1956. El encargado de dar el pistoletazo de salida a los festejos fue Amado Gracia, conocido también como Saturnino Amado, un locutor de radio zaragozano que triunfó fuera de Aragón.

“Han llegado las fiestas, con ellas, la alegría arrolladora de nuestros corazones, ofrendada a nuestra Excelsa Patrona. ¡Dad rienda suelta al júbilo...! ¡Abrid las puertas de vuestras casas al visitante! ¡Ofreced lo mejor de vuestros sentimientos al forastero que viene compartir con nosotros la alegría de nuestros festejos!”, recogía Gracia en su discurso.

A lo largo de estos años son muchos los rostros conocidos para la sociedad aragonesa y zaragozana los que han pasado por el balcón del Ayuntamiento de la ciudad para leer el pregón. No han faltado personajes del arte y las letras como el poeta Ildefonso Manuel Gil (pregonero en 1980), el pintor Antonio Saura (1984) o la escritora Soledad Puértolas (1990). Los músicos han sido también partícipes del Pregón, como Imperio Argentina (1996), Enrique Bunbury (2003), Amaral (2006) o Carmen París, que será la pregonera de este 2015. En otras ocasiones, el mérito deportivo ha servido también para ganarse su hueco en el balcón municipal, como es el caso de Fernando Escartín (1993), Víctor Fernández (1994), Andoni Cedrún (1999), Carlos Pauner (2003) o Teresa Perales (2012).

Además, desde el año 2011 la figura de José Antonio Labordeta tiene un hueco importante en el Pregón, pues antes de dar paso al pregonero, la plaza del Pilar se inunda con el sonido del Canto a la Libertad del cantautor, que consigue arrancar las voces de todos los presentes en el multitudinario acto.

El único requisito para pasar por la ofrenda, además de inscribirse, es vestir con un traje regional
El único requisito para pasar por la ofrenda, además de inscribirse, es vestir con un traje regional

Entre las curiosidades y recuerdos que ha dejado el Pregón a lo largo de su historia están, por ejemplo, el cachirulo de lentejuelas que Bunbury regaló al entonces alcalde José Atarés; las ya "tradicionales" pitadas de los peñistas a alcaldes y consejeros de Cultura de turno; los discursos reivindicativos de los cantantes aragoneses apelando a sus comienzos difíciles en Aragón; el emocionante "Canto a la Libertad" de Labordeta cuando fue pregonero en 2009, o a Guillermo Herrera, voluntario de la Expo que, a sus 104 años, fue en 2008 el pregonero más longevo de la historia de este acto.

Unas Fiestas para todos

Fue a partir de los años 80 cuando las Fiestas del Pilar comenzaron a salir a la calle y a hacerse más populares. En 1984, las peñas Adebán, El Bullizio d’Aragonés, El Almuerzo y Vaquillera decidieron asociarse, bajo el nombre de Federación de Interpeñas, con el objetivo de reivindicar la calle como escaparate de la ciudad y desarrollo de actos festivos.

En este primer año, la federación ofreció una programación conjunta en la que no faltaron orquestas y animación infantil. Pero además, Interpeñas fue la propulsora de que se recuperaran actos como las Vaquillas, el pregón popular o contar con un pabellón de fiestas.

Hoy, son 26 las peñas que conforman esta federación con cerca de 20.000 peñistas que son el pilar fundamental de estas fiestas. Y lejos quedan ya sus primeras verbenas en el antiguo Cuartel de Hernán Cortes o el Pabellón de San José. Ahora congregan a miles de personas cada noche en recintos multitudinarios y con grandes conciertos.

Desde entonces, Interpeñas ha dado a zaragozanos y visitantes una oferta recreativa para todos los gustos y pensados para todos los públicos, desde los más pequeños hasta nuestros mayores. Mientras, seguirán reivindicando unas fiestas populares y para todos.