Hallan grafitis del siglo XVI en celdas ocultas de la antigua cárcel del palacio episcopal de Tarazona

Un grupo de investigadores del CET ha descubierto grafitis de los siglos XVI y XVII en celdas ocultas del palacio episcopal de Tarazona. Entre las inscripciones aparecidas hay fechas, barcos, animales o nombres. Los grafitis fueron realizados por presos que permanecieron encarcelados en la antigua prisión de los bajos del palacio.

Tarazona.- Un grupo de investigadores del CET, el Centro de Estudios Turiasonenses, ha descubierto grafitis de los siglos XVI y XVII en celdas ocultas de los bajos del palacio episcopal de Tarazona. Estas estancias que hoy ocupa el propio centro de estudios fueron prisión de clérigos y religiosos durante varios siglos. De hecho conserva paredes llenas de grabados en otras dependencias, aunque son posteriores a los ahora localizados.

El hallazgo se produjo en una celda de muy difícil acceso, a unos diez metros de altura sobre el suelo, que permanecía oculta desde hace treinta años, cuando se reformaron los bajos del palacio para convertir las antiguas caballerizas en el hoy museo de arqueología. Los grafitis fueron realizados por prisioneros en paredes cubiertas de yeso.

“Sabíamos que estaban, pero no las habíamos explorado porque el acceso es muy complicado”, ha explicado el responsable de la investigación, José Ángel García Serrano. “Hemos descubierto un nuevo conjunto de grafiti muy importante. Está pendiente de estudio, pero hasta ahora hemos visto que hay nombres propios, fechas, dibujos de animales, figuras humanas o un barco de grandes dimensiones… que pueden dar una información muy valiosa sobre los presos que estuvieron allí”, ha comentado.

En un documento de 1558 se dice que se destinan unas cantidades de dinero para arreglar las cárceles y hacer unos lucidos de yeso, eso nos indica que con anterioridad a esa fecha ya estaba la prisión. En lo que hemos descubierto aparecen algunas inscripciones fechas en 1550 por lo menos, con lo que estaríamos en sintonía con lo que nos dice la documentación”, ha añadido el investigador.

Los presos formaban parte del clero, ya que la prisión era del propio episcopado. Entre ellos, un músico de Borja que “se ausentó de la ciudad sin permiso y por eso pasó aquí una temporada”, tal y como ha señalado el también arqueólogo Carlos García Benito, en base a los grafitis catalogados de otra de las dependencias de los bajos de palacio, en este caso datados entre los siglos XVIII y XIX.

Desde toros hasta torres y nombres propios

Los más curiosos son unos grafitis taurinos, unos toros que están con sus banderillas y el estoque. Aunque también se pueden apreciar torres –probablemente inspiradas en la catedral de Tarazona que podía verse desde una de las ventanas de la celda-, crucifijos, sables, espadas, rezos, nombres e incluso un ‘Biba España’. Todos ellos se conservan de forma precaria y requieren una restauración urgente, ya que están afectados por humedades y salitres de las gruesas paredes del palacio.

El valor que tienen los grafitis hallados ahora frente a los que ya se conocían es precisamente su antigüedad. Para su estudio es necesario “arreglar la escalera para poder subir con mejores condiciones”, así como prevenir el posible desprendimiento de cascotes. “El siguiente paso será identificar en la pared cada uno de los grafitis y empezar a dibujar, porque a simple vista es muy complicado verlos. Una vez que están dibujados ya se pueden comprender mucho mejor”, ha indicado García Serrano.