Ascaso disfruta del cine a la luz de las estrellas

La Muestra de Cine de Ascaso, conocida como la más pequeña del mundo, ha reunido en esta aldea oscense a diferentes realizadores de cine de autor. Esta cita, que se celebra a la luz de las estrellas, finaliza esta noche con un documental producido por Leonardo di Caprio.

Zaragoza.- La Muestra de Cine de Ascaso, la más pequeña del mundo según sus organizadores, acerca el cine de autor hasta esta pequeña aldea oscense. Tras el paso de David Valero, Anna Soler, Ernesto de Nova y Fran Araújo, ayer fue el turno a los directores vascos Rubén Sainz, Jon Garaño y José María Goenaga.

El primero presentó su cortometraje “Pan‐demia” en el pase de la tarde en la pequeña borda y los segundos a su premiada “Loreak”. “Loreak” (“Flores” en vasco) es una película intimista sobre el recuerdo y el olvido que, con un guión impecable ha triunfado en numerosos festivales. Finalista al premio Goya 2014 a la mejor película, ha pasado por San Sebastián, Toki, Zurich, el BFI de Londres o Palm Spring.

Ambos directores, acompañados del productor Xavier Berzosa, compartieron dos horas y media de coloquio con los más de 160 asistentes. Un encuentro entre los autores y su público que empieza a ser la seña de identidad y el orgullo de Ascaso.

Hoy sábado es el último día de la Muestra y el más cargado de actividades. Al mediodía, decenas de padres, madres y niños hacían ya cola para ver “Mi madre está en América y se ha encontrado con Búfalo Bill”, película de animación del francés Marc Boreal.

Por la tarde el programa incluye un concierto del grupo Mosicaires durante el cual se entregará el premio Ascaso 2015 a la activista valenciana Tesa Giner. Y, al caer la noche, a las 21.20 horas, el director británico Orlando von Einsiedel saludará a los asistentes a través de internet desde la pantalla grande de Ascaso, momentos antes de proyectar su película “Virunga”.

“Virunga” es un impresionante documental producido por Leonardo di Caprio sobre este Parque Nacional africano en la frontera de Congo y Ruanda en el que, a pesar de las guerras, sobreviven los últimos gorilas de montaña. 

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