Bravo & Maishkyn: "En Río Abierto maridan dos lenguajes aparentemente diferentes que se potencian el uno al otro"

La exposición "Río Abierto" une la prosa poética y la imagen en un mismo espacio, sirviéndose uno y otro lenguaje como complemento y apoyo. Ésta es la primera experiencia conjunta del fotógrafo Miguel Castellano, Maishkyn, y la escritora Ester Bravo, que estará disponible en la Sala de Exposiciones de Bantierra hasta el 25 de septiembre.

Zaragoza.- Varios textos en Facebook y la coincidencia con el momento adecuado. Así nació el proyecto “Río Abierto”, una exposición compuesta de 21 fotografías acompañadas de sendos textos, en una relación de simbiosis que busca potenciar un lenguaje en común. Un trabajo que ya ha estado expuesto en Lérida y que ha salido publicado en forma de libro.

Ésta es la primera colaboración entre el médico y fotógrafo Miguel Castellano y Ester Bravo, del departamento de Recursos Humanos del mismo hospital leridano. Para ambos es la "oportunidad" para desarrollar sus pasiones, la oportunidad para "disfrutar" más de la vida.

Este trabajo estará expuesto en la Sala de Exposiciones de Bantierra de la calle Canfranc hasta el próximo 25 de septiembre.

Pregunta.- ¿Qué es “Río Abierto” y qué aporta la fotografía al conjunto del proyecto?
Miguel Castellano (M.C.).- La fotografía es una parte indivisible de “Río Abierto”, donde intentamos maridar dos lenguajes aparentemente diferentes y potenciar el uno con el otro a través de una simbiosis.

La fotografía nace un poco sin pensar en el proyecto a largo plazo. Lo que yo busco es una imagen de calle, en la que haya una acción humana espontánea en el exterior, desde allí le pido a Ester que genere un texto. "Río Abierto" es una técnica, de ahí el nombre de la exposición, en la que te imaginas una situación y dejas que el subconsciente genere palabras, sin pensar. Más tarde se recogen unas 30 ó 40 palabras y tras unos días se genera un texto.

P.- ¿Dónde se han realizado las fotos?
M. C.- En distintos sitios, no solo hay uno concreto. Son fotografías de los últimos cuatro o cinco años y que recogen imágenes de ciudades como Barcelona o Berlín hasta países como Indonesia, pero casi todas son en la calle.

Prosa poética e imagen se unen en un mismo discurso
Prosa poética e imagen se unen en un mismo discurso

P.- ¿Con qué elementos juega en la imagen? ¿Qué factores influyen en su trabajo?
M. C.- Haces tu propia obra, pero te reconoces muchas influencias. Yo en mi trabajo veo claramente la influencia de los fotógrafos de primeros de siglo, como Cartier Bresson. Eran eminentemente callejeros y buscan la belleza en un instante de una acción cotidiana. Y eso me atrae mucho y es lo que quiero captar.

P.- ¿Cómo se ha tomado que “Río Abierto" se incluya dentro del Festival “Out of Mind”?
M. C.- Estoy encantado. En primer lugar, por la filosofía del Festival, porque apuesta por la vanguardia recogiendo arte expresivo y que se sale de lo normal. Por eso, que me hayan dado la oportunidad me genera mucha ilusión y estoy muy orgulloso.

Además, todo surgió porque soy bajista en un grupo de rock y el año pasado ya participamos y así surgió la posibilidad de presentar el proyecto. Por otra parte, a nivel personal, en Zaragoza, aunque soy ya nómada, es donde más tiempo he vivido y donde están mis amigos y mi familia, por lo que es otro motivo extra para estar encantado.

P.- ¿Qué supone la fotografía en su vida?
M. C.- Lo que me da de vivir es la medicina, y la fotografía la tomo a nivel aficionado. Sin embargo es mi gran pasión y lo que más tiempo me lleva fuera de mi trabajo, aunque me encanta mi profesión, a través de ella disfruto de la vida y es una parte fundamental. Es una pasión y me gusta salir a la calle, disfrutar de los momentos, captarlos, tratar las imágenes y organizar proyectos.

Las palabras

P.- ¿Cómo ha afrontado el proyecto “Río Abierto”?
Ester Bravo (E.B.).- Me conecta con una emoción muy íntima, algo que estaba pendiente en mí y que ahora ha sido el momento de aflorar. Además llevo mucho escribiendo y nunca había hecho publicaciones. Ha sido un reto para vencer mis miedos, mis historias y, sobre todo, una oportunidad que me ha brindado la vida para hacer algo bonito, que también está muy bien.

Las imágenes fueron tomadas sin pensar en su destino final
Las imágenes fueron tomadas sin pensar en su destino final

P.- ¿Qué aportan las palabras a la fotografía?
E. B.- Es un complemento, el texto poético es un acompañamiento, una forma de dar una expresión más, y más viva. El maridaje que hemos intentado hacer es un complemento a lo que ya estaba ahí, en la fotografía.

P.- ¿A través de qué se refleja esa complementación?
E. B.- Ha sido una herramienta que me ha servido muchísimo. Necesitaba las emociones que tenía Miguel al tomar las fotografías, cuando lo estaba viviendo, para entrar un poco más en el cuerpo de la fotografía, y saber lo que él expresaba.

No es solo ver las fotografías, porque solo una foto de una bici en un reflejo a mí y a todos nos puede dar mil significados, lo que me interesaba era que tuviera que ver con el momento de disparar. Si fuera la soledad, saber el significado de un reflejo, las formas, los colores.

P.- ¿Cómo ha sido el proceso de crear el proyecto? ¿Ha habido alguna fotografía más difícil?
E. B.- Él me mandaba el río abierto, yo hacia el trabajo con el texto, nos reuníamos, hablamos y leía el texto en voz alta. En ese momento, a Miguel se le han despertado ideas del subconsciente y ha sabido darme indicaciones. Y sí, ha habido otras que se nos han resistido y no han salido.

P.- ¿Qué supone para usted que su trabajo forme parte de este Festival?
E. B.- Es un regalo de la vida, porque no conocía el Festival, pero ya siendo consciente, formar parte de un proyecto así que tiene como fondo la cultura y transmitir los conocimientos y el arte... De ahora en adelante, me encantaría repetir porque tengo ganas de expandirme y estoy muy satisfecha e ilusionada por demostrar algo que nunca me lo había planteado.