El mes de julio se cerró en Aragón con 1.025 desempleados menos, lo que supone un descenso del 1,1% respecto al mes anterior y una bajada del 10,13% en términos interanuales. A pesar de estas halagüeñas cifras, 91.804 personas todavía continúan a la espera de una oportunidad laboral.
Tanto el Gobierno central como el autonómico tienen el deber de trabajar, especialmente, por estas personas que siguen engrosando las filas del paro. Asimismo, aunque las cifras son esperanzadoras, siguen siendo necesarias políticas que acaben con esta lacra. Aragón ocupó en julio la decimocuarta posición en el ranking de las Comunidades que más empleo crearon. Subir puestos en esta escala ha de ser uno de los objetivos principales del Gobierno de Javier Lambán.
Ahora bien, no basta con crear puestos de trabajo sino que estos han de ser de calidad y estar remunerados con un sueldo digno, que permita a los aragoneses vivir de forma desahogada sin tener que hacer malabares para llegar a fin de mes. La lucha contra la temporalidad es así una de las batallas a las que tendrá que hacer frente el Ejecutivo autonómico y es que esta modalidad supone más del 90% de los contratos que se firman actualmente en Aragón.
Con la mochila cargada de deberes, a los recién estrenados gobernantes les aguarda un largo camino en el que no todo son baches. El desempleo baja en la Comunidad y la recuperación económica empieza a ser una realidad. Además, el descenso del paro no responde únicamente a factores estacionales y la hostelería no es el único sector en el que han aumentado las contrataciones. El empleo también ha crecido en la industria y la construcción, afianzando así un cambio de tendencia en la economía aragonesa y, por extensión, en la nacional.