Doce personas han perdido la vida en el primer semestre del año por accidentes laborales, cuatro más que en el mismo periodo del 2014. De ellas, diez han fallecido en Zaragoza y dos en Huesca. Los cambios económicos y sociales que se están produciendo en el mundo del trabajo, unido a la precariedad laboral, contribuyen a que estas trágicas cifras hagan de la prevención una materia pendiente.
Comisiones Obreras, que ha presentado este viernes el informe de siniestralidad laboral de estos seis primeros meses de 2015, denuncia que la mayoría de estos accidentes mortales han ocurrido en el sector industrial. Sus conclusiones también ponen de manifiesto que la contratación temporal se presenta como uno de los factores asociados al riesgo de accidentes. Y los números avalan esta teoría. Alarma saber que la probabilidad de que un empleado temporal sufra un incidente supera en más del doble a la de un fijo. Un dato que aumenta si, además, se trata de una persona extranjera.
El Gobierno de Aragón tiene que seguir esforzándose por cumplir los objetivos marcados por la Estrategia Española de Seguridad y Salud Laboral para los años 2015-2020. Las empresas deben entender que apostar por seguridad no es un gasto, sino una inversión necesaria y obligatoria.
Fomentar la salud laboral no sólo es cuestión de aumentar la capacidad de inspección y reforzar andamios. Supone implicar a muchos sectores. Las administraciones públicas y los empresarios particulares tendrán que trabajar juntos para conseguir un giro radical de estas cifras. Algo que está directamente vinculado con las políticas de creación de empleo y el crecimiento económico.