Espectáculos y cultura para todas las edades

El Gobierno de Aragón modificará a finales de año la Ley de Espectáculos Públicos. Su objetivo es garantizar la protección, la seguridad y la libertad del menor para acceder a este tipo de espectáculos. El decreto vigente, aprobado por el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi, prohíbe la entrada a menores de edad a lugares donde se sirva alcohol. Esto provoca que jóvenes que tienen 16 o 17 años, incluso 18 años menos un día, no puedan acceder a salas de conciertos a no ser que vayan acompañados de sus padres o tutores.

El Gobierno de Aragón modificará a finales de año la Ley de Espectáculos Públicos. Su objetivo es garantizar la protección, la seguridad y la libertad del menor para acceder a este tipo de espectáculos. El decreto vigente, aprobado por el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi, prohíbe la entrada a menores de edad a lugares donde se sirva alcohol. Esto provoca que jóvenes que tienen 16 o 17 años, incluso 18 años menos un día, no puedan acceder a salas de conciertos a no ser que vayan acompañados de sus padres o tutores.

La ley ha ocasionado hasta el momento problemas económicos y perjuicios, principalmente, en este tipo de salas de música en vivo. Además, el problema de la normativa está en que no delimita claramente las competencias de inspección en el momento de los espectáculos. También ha llevado a frecuentes casos de duplicidad de presencia policial dependiente de las distintas administraciones en un mismo evento para efectuar tareas de comprobación.

El aumento en el consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes es un hecho y el Gobierno de Aragón tiene que tomar cartas en el asunto. Sin embargo, prohibirles la entrada a este tipo de eventos ha provocado que los menores se queden a las puertas de los espacios aumentando la práctica del botellón. Hay que recordar que es fuera de las instalaciones donde se producen en torno al 90% de las intoxicaciones etílicas.

El cambio de la normativa que quiere impulsar el PSOE no tiene por qué implicar que los jóvenes beban más. Las administraciones y los cuerpos de seguridad deben ser más estrictos, intensificar la vigilancia de venta de alcohol a menores y aumentar las sanciones si fuera pertinente. El seguimiento ha de realizarse en las propias barras y no en la entrada de los espacios lúdicos.