Cataluña, un problema político y mediático

Cataluña no padece solamente un problema político serio, sino también un problema mediático muy grave, porque los medios catalanistas llevan varias décadas moldeando la opinión de los catalanes en favor de las tesis separatistas más radicales, y no van a cambiar en los próximos tiempos.

Cataluña no padece solamente un problema político serio, sino también un problema  mediático muy grave, porque los medios catalanistas llevan varias décadas moldeando la opinión de los catalanes en favor de las tesis separatistas más radicales, y no van a cambiar en los próximos tiempos.

Es obvio que a la ciudadanía catalana en general no le está llegando ninguna información objetiva y veraz acerca de las consecuencias que tendría para ella una eventual independencia de Cataluña, proclamada unilateralmente por los partidos secesionistas. En una democracia saludable y abierta, los catalanes de a pie tendrían derecho a poseer toda la información necesaria para decidirse por una u otra opción el 27-S, pero la apesebrada, adoctrinada y adocenada prensa catalanista ni hace lo que debería hacer ni tiene ninguna intención de hacerlo en adelante.

Tiene que existir algún modo de que el periodismo serio, riguroso y honesto, sea capaz de llegar directamente a todos los catalanes o, al menos, a la gran mayoría de ellos, para advertirles con datos concretos, objetivos y reales, de las consecuencias que tendría para ellos una victoria por mayoría absoluta de los partidos independentistas el próximo 27-S.

Es sabido que resulta muy difícil llegar a la Cataluña profunda para proporcionarle información no sesgada, no manipulada, acerca de los efectos y secuelas que tendría para ella la ruptura con el resto de España, pero habría que implementar algún sistema que lograra alcanzar la conciencia de tantos catalanes que sólo conocen una versión de la dualidad política a la que se enfrentarán en septiembre.