Opinión

Europa y sus fisuras

Inmersa en la redistribución geoeconómica del mundo, los efectos de las crisis financiera y económica, las migraciones internas entre los Estados con mayor índice de paro a los de menos, o con mayores “perspectivas” de trabajo, además de las sanciones económicas, más o menos compartidas, hacia Rusia, y que alejándole de ésta la dejan más debilitada desde el punto de vista energético; a la Unión Europea le están llegando oleadas migratorias desde todos los frentes.

Inmersa en la redistribución geoeconómica del mundo, los efectos de las crisis financiera y económica, las migraciones internas entre los Estados con mayor índice de paro a los de menos, o con mayores “perspectivas” de trabajo, además de las sanciones económicas, más o menos compartidas, hacia Rusia, y que alejándole de ésta la dejan más debilitada desde el punto de vista energético; a la Unión Europea le están llegando oleadas migratorias desde todos los frentes.

En los últimos meses, los aragoneses y demás ciudadanos del mundo hemos podido observar cómo barcos, ya no cayucos, cargados de migrantes irregulares, muchos de ellos naufragando en el Mediterráneo; arribaban a las costas e islas italianas. Muchos de esos migrantes provenían de lugares  distantes y lejanos; bien huyendo de las guerras, bien por el motivo económico del hambre, la corrupción de sus países, la falta de perspectivas vitales, etc.

Ante la reacción de la opinión pública, y atendiendo a razones humanitarias, pues la UE no se podía permitir ver cómo cientos de migrantes perecían frente a sus fronteras, se puso en marcha la operación Marenostrum; la cual durante el año 2013 fue capaz de rescatar a unos 100.000. Ya en aquel momento hubo voces que alertaban de un posible efecto llamada, tanto para migrantes como para las mafias que trafican con ellos, verdaderos protagonistas de toda esta película. Un tiempo más tarde se pudo constatar, que las sospechas se hacían realidad y para ello la UE tuvo que reaccionar con las operaciones Tritón y Poseidón, a fin de hacer frente a las avalanchas hacia Italia y Grecia.

Acosada por todos los frentes: de Este a Oeste del Norte de África; a través de Turquía; por los Balcanes; por el Mar Negro; por la Europa Oriental; los flujos migratorios han ido desplazándose a lo largo y ancho de la Unión, transformando sociedades, legislaciones y paisajes urbanos.

Cuando se creó el Espacio Schengen, allá por el 1985, materializándose en el 1990; qué difícil era imaginar que ello supondría un problema en el futuro para contener a las migraciones ilegales, o ¿algunos lo vieron como posibilidad para su negocio? Pero para contenerlas se creó la Agencia Europea para la gestión de las Fronteras Exteriores (FRONTEX), que no es otra cosa que un organismo que apoya a la gestión de las fronteras exteriores de los Estados ayudándoles a armonizar sus políticas fronterizas.

Y en estas semanas, la FRONTEX ha organizado la operación EUNAVFOR MED,  que a la espera de la Resolución de la ONU, pretende vigilar, neutralizar y desviar, las corrientes migratorias procedentes de Libia y Túnez, así como luchar contra las mafias traficantes.

Todo lo descrito hasta ahora no es baladí; no se trata de una noticia más acerca de inmigrantes famélicos a la búsqueda de la Tierra Prometida; se trata de uno de los episodios de nuestra Historia Contemporánea y Presente más importantes que, como ya se ha informado, constituye la ola migratoria más grande desde el fin de la II Guerra Mundial.

A veces, los problemas sólo se ven cuando los tienes delante de tus narices, cuando te afectan, cuando los puedes tocar; pero también entonces, si se quieren buscar soluciones, ya es demasiado tarde.

Subsumidos en nuestros cambios de gobierno, en nuestras preocupaciones cotidianas, en los avatares de la vida en general; tampoco sobra el tiempo para hacer más que el informarse de los acontecimientos; pero, suponemos que en ambiente actual habrá posicionamientos y reflexiones al respecto, ¿no? En ello confiamos, pues de nada podrían servir determinados planteamientos si al final y  la postre, en unas decenas, toda nuestra organización jurídico-política se viera trastocada profundamente por una realidad que ya sería más real que nunca.