Huesca.- La localidad de Sallent volverá a convertirse en reducto de brujas y seres mágicos en su cuarta feria que tendrá lugar este fin de semana. La calle será en muchos casos el mejor escenario de pases terroríficos que en esta entrega versarán sobre la paranoia y las enfermedades mentales como elementos propios del miedo. Además este año se han añadido novedades como las sesiones de ouija o la cena temática del viernes noche que abordará la fiesta de los muertos en México, con una escenografía y menús adaptados a una fiesta en la que se honra a los muertos y a la Virgen Blanca.
Los detalles de esta feria los ha dado a conocer la concejal y diputada en funciones, Lucía Guillén, que entiende que es preciso no abandonar los objetivos de una feria que apuesta por la vertiente más histórica y dinámica de unos hechos que tuvieron lugar en el valle en el siglo XV. “Este año tenemos novedades como la cena temática, tenemos pasaportes para participar en el recorrido de menús y tapas de los restaurantes de Sallent, tenemos charlas, talleres y sobre todo las recreaciones que se llevan realizando año tras año”, así lo ha apuntado Guillén avanzando novedades como las dos sesiones de ouija que se llevarán a cabo a lo largo de todo el fin de semana.
Todas las actividades vinculadas con la feria corren a cargo de Las Brujas Eventos que son los encargados de llevar a cabo el pasaje del terror que este año contará con un pequeño sanatorio y un laberinto terrorífico con pases para niños y adultos. Su responsable, Roberto López, ha recordado que es preciso potenciar una feria con un fuerte arraigo en la zona, hacerla más grande y más real para los vecinos y visitantes. “Este año contamos con una novedad como la cena temática donde se van a trasladar las costumbres relacionadas con los difuntos, el día de los muertos en México, con música popular, un altar y la ofrenda a la Virgen Blanca”, ha remarcado el organizador de las actividades.
El menú estará en las manos del chef, Toño Rodríguez, que ha explicado que su cena constará de cuatro platos. Un entrante a base de gazpacho, un primero a modo de canalón de tomate, una cochinilla pil-pil como segundo y una calavera de chocolate blanco a modo de postre. “Desde el primer momento me interesó el tema porque me pareció algo nuevo y sorprendente”, ha indicado el cocinero.
Además este año se contará con una exposición fotográfica, de pequeñas esculturas, montajes audiovisuales y pinturas organizada por la fotografía Lorena Gil. Una exposición con obras de varias féminas de la provincia que darán su visión sobre la magia, la leyenda y la brujería.
