Desde el Colegio Profesional de Psicólogos de Aragón, lamentamos profundamente los hechos ocurridos recientemente en el Instituto Joan Fuster de Barcelona. Este tipo de sucesos son muy desgraciados y, como expertos en la evaluación e intervención sobre el comportamiento, sabemos que es posible tomar medidas preventivas que reduzcan la probabilidad de que ocurran. Por esta razón valoramos positivamente la propuesta que planteó en la Conferencia Sectorial de Educación, el pasado 21 de abril, de crear junto con las Comunidades Autónomas un grupo de trabajo con el fin de unificar protocolos y estrategias para la detección y prevención de la violencia en las aulas.
En relación con el abordaje en los centros educativos de ciertos problemas y trastornos del comportamiento, venimos planteando desde hace mucho tiempo que se deben adoptar medidas que permitan actuar de manera temprana, desde la prevención primaria y secundaria. La Reforma de la pasada Legislatura, que reguló que las labores de Orientación Educativa puedan ser ejercidas sin necesidad de ser titulado en Pedagogía o Psicología, ha supuesto un empeoramiento de la situación, impidiendo que los centros educativos tengan la garantía de contar con profesionales cualificados para la detección y prevención de comportamientos problemáticos, según estudios recientes del Consejo General de Psicólogos, aproximadamente sólo el 50% son Psicólogos/as en la plantilla de estos Servicios.
Si queremos detectar, prevenir y realizar intervenciones tempranas que contribuyan a reducir o eliminar problemas psicológicos que se dan en el Sistema Educativo, entre los que se encuentran la violencia, el acoso, conductas adictivas, trastornos de ansiedad, trastornos del estado del ánimo y trastornos de personalidad, es necesario contar con un número suficiente de profesionales de la Psicología capacitados para ello. El profesorado realiza una labor esencial y protagonista en el actual Sistema de Orientación Educativa, a nivel tutorial, pero cuando los problemas psicológicos requieren un tratamiento especializado, es necesaria una intervención por parte de profesionales cualificados. La figura del Psicólogo Educativo aporta la cualificación para la detección, evaluación e intervención en problemas psicológicos en el ámbito educativo.
Es manifiesto el escaso número de profesionales que existen en Aragón frente al resto de Comunidades Autónomas. Entendemos que no existen unos criterios mínimos que aseguren la calidad y el buen funcionamiento de dichos servicios. Esperamos que tras los hechos ocurridos sigamos reflexionando sobre esta cuestión, y nos ponemos a disposición de las Administraciones Públicas para unificar protocolos y estrategias para la detección y prevención de la violencia en las aulas y en los contextos sociofamiliares del alumnado que atendemos.