Zaragoza.- El importe de las ayudas aprobadas por el Gobierno de Aragón a través del Departamento de Agricultura, Ganadería y Media Ambiente para ocho industrias del sector agroalimentario asciende a 1.372.247 euros. Se trata de una convocatoria realizada en el seno del Programa de Desarrollo Rural para Aragón, al que también aportan fondos el Ministerio de Agricultura y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader).
El proyecto de más importancia que ha recibido la ayuda es la construcción de un molino de maíz en el núcleo de Ariéstolas, en el término oscense de Almunia de San Juan, con una inversión de 5.641.429 euros a través de la empresa Quality Corn. Esta firma recibirá una ayuda de 1.015.477 euros.
En esencia, la actividad de Quality Corn se basa en trabajar con diversas variedades de maíz apto para consumo humano que, finalmente, forma la base de diversos productos como cereales de desayuno, snacks, sémolas o papillas.
De igual forma, han recibido ayudas Frutas Pons, de Torrente de Cinca (Huesca) para la construcción de una central hortofrutícola (78.530 euros); Agrícola Sarrau SL, que ha ampliado sus instalaciones (45.030 euros). Recibirá igualmente una ayuda por un importe de 52.483 euros la firma Frutas Ibarz Carcedo SL por la instalación de un centro de transformación (52.483 euros).
La Sociedad Agraria de Transformación (SAT) El Pueyo, de Tauste, ha obtenido igualmente una ayuda de 43.320 euros. Esta empresa ha realizado una ampliación y una serie de mejoras ambientarles en relación con su actividad de elaboración de forrajes.
También recibirá apoyo económico la Sociedad Campo Monegrina, en Bujaraloz, para financiar una parte de las mejoras que ha llevado a cabo en su planta de secado de cereales. En este caso la ayuda asciende a 32.625 euros.
Finalmente, la empresa Moncayo Agrícola recibirá una ayuda de 32.625 euros para la construcción de una nave-almacén en la localidad zaragozana de Ainzón. Se trata de una empresa que se dedica a la comercialización de almendras.
Esta línea de ayudas pretende favorecer la competitividad del sector agrícola a través de medidas de reestructuración y desarrollo del potencial físico y de fomento de la innovación, entre las cuales se encuentra la relativa al aumento del valor añadido de los productos agrícolas.
