Zaragoza.- Las primeras estimaciones del Gobierno de Aragón sobre la incidencia económica que supone para los usuarios el cierre de la ARA-A1 hablan de que ha tenido un coste para los usuarios de 26.000 euros diarios.
Un análisis que se ha realizado teniendo en cuenta tres focos principales de origen y destino del tráfico que usan esta autopista como son el polígono de Malpica y el área de polígonos en torno a La Cartuja y el Burgo de Ebro. Este tráfico procede o se dirige, fundamentalmente, a Cataluña y al Burgo de Ebro y ahora tiene que realizar mayores recorridos con el consiguiente gasto en tiempo y en kilometraje.
El Gobierno de Aragón ha anunciado que buscará “las fórmulas legales” para resarcir todas las pérdidas que puedan suponer el cierre de la autopista autonómica, tal y como ha explicado su portavoz, Roberto Bermúdez de Castro.
El Ejecutivo autonómico ha instado a la sociedad concesionaria de la autopista a que reestablezca cuanto antes el uso de esta infraestructura mediante un paso provisional.
También le ha pedido que realice un análisis de las causas que han provocado la rotura del paso interior y la ejecución de las acciones necesarias para solventar la situación. El Ejecutivo quiere saber si “todos los estudios previos se hicieron bien” y saber “qué ha sucedido”, puesto que “ha sido una riada de 2.800 metros cúbicos por segundo”.
La autopista fue cortada el lunes 2 de marzo tras producirse el hundimiento de la carretera tras la filtración de agua en la calzada. El incidente dejó inutilizada la vía y desde entonces se encuentra cerrada al tráfico.
Esta autopista es de peaje en la sombra y conecta la N-II y la N-232 a la altura de El Burgo de Ebro y Villafranca. La concesionaria se encuentra en concurso de acreedores, algo que desde el Ejecutivo autonómico no creen que pueda afectar a la reparación de esta carretera.
Editorial: Alto coste para una autopista quebrada
