Zaragoza.- Tras su paso por Navarra la tercera crecida del Ebro en febrero ha entrado este viernes en Aragón, con mucha fuerza pero con intensidad menor de la esperada. La riada extraordinaria ha causado afecciones similares, según la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), a las de 2003 y 2007 por donde ya ha pasado. Novillas ha sido la primera localidad afectada, donde desde primera hora de la tarde han visto de nuevo anegadas 1.500 hectáreas de cultivo y quince viviendas. Incluso se ha desalojado a dos ancianos, que han sido trasladados a una residencia.
La riada extraordinaria ha sido, según la CHE, fruto de las precipitaciones registradas desde el pasado miércoles, unido a la fusión de la nieve, en el extremo más septentrional de la Cuenca y que han sido especialmente intensas en los ríos navarros. El caudal del Ebro ha registrado este mediodía a su paso por Novillas unos 2.400 metros cúbicos por segundo y 7,10 metros de altura. Su alcalde, Jose Ayesa, ha puesto en valor el trabajo de los casi 40 efectivos que han pasado el día trabajando, entre militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME), bomberos y Protección Civil. Por otra parte, ha señalado que el ambiente entre los vecinos está “muy caldeado” y que “esto no es de recibo”.
Según la CHE la punta de la riada del Ebro llegará a Zaragoza en la madrugada del domingo con un caudal de entre los 2.000 y los 2.200 metros cúbicos por segundo, que se mantendrá aproximadamente 48 horas. A primera hora de la tarde, a su paso por la capital aragonesa llevaba un caudal de 1.733 metros cúbicos. Para cuando esto ocurra, Pradilla y Boquiñeni habrán vivido sus respectivas crecidas en los municipios.
Pradilla de Ebro ha amanecido “relativamente tranquila” y desde primera hora de la tarde el río alcanzaba 7,35 metros de altura y 2.300 metros cúbicos por segundo. Los ánimos entre los vecinos están, según su alcalde, Luis Eduardo Moncín, "muy bajos". "Es necesaria una limpieza del río en todos sus tramos y que el Gobierno adopte medidas concretas para evitar futuras riadas", ha señalado. Según las previsiones, este municipio vivirá mañana su jornada de punta de crecida con caudales de 2.400 metros cúbicos.
La localidad zaragozana de Boquiñeni ha comenzado el día achicando agua. Durante toda la jornada se ha tenido especial cuidado con el recinto en el que se encuentran ubicados los depósitos de agua de boca para evitar tener que cortar el suministro a los vecinos de la localidad.
El alcalde del municipio, Miguel Ángel Sanjuán, ha mostrado su preocupación porque el agua se estaba filtrando y empezaba a salir por los sumideros de las calles de la zona baja del pueblo. Ha señalado que las bodegas de los particulares ya están “cogidas por el agua” y que “nunca” había llegado la situación a estar como está.
Según Sanjuán, la mota está “sólida y bien”, aunque “el riesgo existe siempre, al igual que en todos los municipios”. De hecho, la UME ha colocado barreras de contención a unos metros de la mota. La presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, ha visitado la zona esta tarde.
"Entre la presencia de la presidenta, y el consejero de Interior, Antonio Suárez, además de la ayuda del ejército controlando el río, los vecinos estamos más tranquilos. Aun así seguimos alerta ante la evolución esta noche del Ebro", ha asegurado el alcalde.
Además, el Centro de Coordinación Operativa de Emergencias del 112 ha acordado este viernes desalojar la urbanización Torre Urzáiz en Movera ante la crecida del Ebro. Según el desarrollo de la avenida, podría ser preciso el desalojo de otras dos urbanizaciones en Alfajarín y Villafranca de Ebro.
Según fuentes del Gobierno de Aragón la situación en general permanece "tranquila y controlada" dentro de la alerta instaurada en la ribera Alta y Media del Ebro.
En Gallur, Sarga ha construido un cordón de tierra en el barrio bajo.
Papel de los embalses
Es importante reseñar que las maniobras realizadas por los embalses del Ebro (Cantabria); Ullíbarri y Urrúnaga (Álava) y Yesa e Itoiz, en Navarra, al desembalsar caudales menores a los aportados durante el episodio de crecida, han permitido reducir de forma muy importante los caudales del Ebro en Castejón, que ha vivido su punta de crecida esta mañana.
Para ello y con el objetivo de generar resguardos suficientes para permitir este efecto de laminación de los caudales de entrada, la CHE realizó con días de antelación desembalses preventivos.
En concreto, estas maniobras han permitido reducir al menos 600 metros cúbicos por segundo mediante la gestión de los embalses de Yesa e Itoiz, que tras el desembalse preventivo, han cortado sus aportaciones desde la tarde del miércoles. Los embalses de Ullíbarri y Urrúnaga en Álava y del Ebro, en Cantabria han reducido hasta 200 metros cúbicos por segundo. En cuanto a Mequinenza, en el bajo Ebro, los vertidos extraordinarios que comenzaron el pasado 29 de enero con 800 metros cúbicos, han ido aumentando progresivamente hasta los 1.550 actuales.
