Opinión

El margen

Es empíricamente cierto que las circunstancias influyen en los actos de las personas en sus diferentes facetas (padre/madre, hijo, empleado, jefe, alumno, profesor, médico, paciente, político, administrado, turista, anfitrión, huésped…). Pero no es menos cierto que en medio de la presión que ejercen las circunstancias y la atmósfera siempre se posee un "margen" como individuo.

Es empíricamente cierto que las circunstancias influyen en los actos de las personas en sus diferentes facetas (padre/madre, hijo, empleado, jefe, alumno, profesor, médico, paciente, político, administrado, turista, anfitrión, huésped…). Pero no es menos cierto que en medio de la presión que ejercen las circunstancias y la atmósfera siempre se posee un “margen” como individuo.

Salvador Pániker escribe el martes 30 de marzo de 1982 en El País: “Aproximación al margen es plantarle cara a las contradicciones que nos constituyen; ocupar los espacios vacíos que constantemente va generando la vida. Cualquier político, y cualquier miembro de una familia, sabe muy bien que en cuanto se produce un nuevo espacio, alguien buscará la manera de apoderarse de él. Pues bien; entrar en el margen es no permitir que los demás se apoderen de uno, es no estar poseído, es ponerse a vivir por cuenta propia.”

Soy ávido lector de los escritos de Pániker, esta idea es citada por él en muchos de sus libros y a mí me gusta esta idea. Por eso quería compartirla esta Navidad con aquellos a quienes les apetezca compartirla —estén de acuerdo o no con ella, que también la tolerancia forma parte del “margen”.

Este año he tenido, por desgracia, que tener relaciones con el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Digo por desgracia porque han sido cuestiones de ingresos por enfermedad de seres queridos, y tengo que decir que cada minuto mis seres queridos y yo mismo hemos sido atendidos profesional y humanamente de una forma absolutamente empática (humano que comprende el dolor de otro humano). No siempre se daban las mejores condiciones, sin embargo, cada persona con la que interactuamos utilizó su “margen” para que la presión de las circunstancias no nos afectara y nuestra preocupación y dolor fuera el mínimo.

También se han dado circunstancias donde las personas han utilizado su “margen” para provocar dolor cargando la culpa a factores externos o buscando la excusa de las circunstancias y de esta forma elidir su presunto cargo de conciencia sobre el daño causado… o pudiendo utilizar el “margen” para mitigar la angustia han decidido no hacerlo.

Realmente creo que cada uno de nosotros, en todas las facetas, tiene a lo largo del día ocasiones concretas para decidir cómo usar su “margen” y facilitar o complicar (hacer felices/menos desgraciados o infelices) a los que gravitan a nuestro alrededor.

Que la Navidad nos traiga un “margen” cada vez más amplio y un buen manual de instrucciones donde aprender a manejarlo, aunque creo que el manejo del “margen” es una cuestión más de corazón más que de otra cosa.