Una prórroga perjudicial para Zaragoza

Cuando todo apuntaba a que Zaragoza iba a tener los presupuestos de 2015 en tiempo y forma, la capital aragonesa vuelve a estar en el final de la cola. El rechazo del Partido Popular ya se esperaba, pero a él se ha sumado la abstención de Izquierda Unida, por lo que las cuentas del próximo ejercicio tendrán que prorrogarse, con el consiguiente agravio de cara a las entidades sociales.

Cuando todo apuntaba a que Zaragoza iba a tener los presupuestos de 2015 en tiempo y forma, la capital aragonesa vuelve a estar en el final de la cola. El rechazo del Partido Popular ya se esperaba, pero a él se ha sumado la abstención de Izquierda Unida, por lo que las cuentas del próximo ejercicio tendrán que prorrogarse, con el consiguiente agravio de cara a las entidades sociales.

Zaragoza volverá a ser la última de las grandes ciudades en contar con su presupuesto, que supone el documento más importante para cualquier Administración Local. La decisión ha recaído en la militancia de Izquierda Unida, que convocó un referéndum para que sus afiliados eligieran si el grupo municipal debía apoyarlo o no. El 70% ha rechazado el proyecto presupuestario sin ni siquiera esperar a saber si se habían aprobado sus enmiendas.

Decir “no” al presupuesto también supone decir “no” a las subvenciones de las entidades sociales y muchas necesitan estas ayudas para seguir prestando servicios a los más necesitados. Las últimas cuentas de este mandato se han visto truncadas por intereses partidistas y, mientras, los zaragozanos pagan por desacuerdos internos que no llevan a ningún puerto.

Aunque la ley ampara la posibilidad de que un Ayuntamiento apruebe en solitario su documento contable, el vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno, ya ha anunciado que no contempla esta alternativa. Todos los grupos deberían de haber remado en la misma dirección y haber elaborado un presupuesto acordado que no hubiese permitido llegar a este extremo.

A finales de diciembre, la capital aragonesa no tiene su proyecto de presupuestos aprobado. Gimeno confía en su “capacidad de diálogo” y en que algún grupo cambie de postura. Lo cierto es que faltan escasos días para que se celebre el último Pleno del mandato y las cuentas todavía están en el aire.