CAI ZARAGOZA

Muy dulce hasta luego (78-76)

Se despedía el CAI Zaragoza, ya clasificado, de la primera fase de grupos de la Eurocup ante un gran equipo como Brose Baskets y lo hacía de la mejor manera posible. Los de Ruiz Lorente se imponían tras un fenomenal último cuarto, venciendo en el cómputo global por 78-76 con un triple decisivo de Lisch. La peor noticia, la lesión de Goulding.

Zaragoza.- Aunque deportivamente el CAI Zaragoza no ponía nada en juego ante Brose Baskets, sin consecuencias clasificatorias en una Eurocup en la que los aragoneses están clasificados como cuartos, sí sirvió para el principal cometido del encuentro. No era otro que recuperar sensaciones tras la mala imagen ofrecida en el Palau Blaugrana, considerablemente mejorada en el Príncipe Felipe en la despedida de esta fase de grupos. Y con victoria tras un triplazo de Lisch y un gran último cuarto caísta que permitía vencer por 78-76.

Ni CAI Zaragoza ni Brose se jugaban nada y eso se dejó notar también en las menos pobladas y animosas que otros días gradas del pabellón. Tampoco en el arranque ni aragoneses ni alemanes pusieron toda la intensidad posible en defensa, favoreciendo canastas fáciles de manera constante. En este apartado destacó en los locales Henk Norel, que permitía a los rojillos liderar en el electrónico. Pero la noticia no estaba en la pista y sí fuera, ya que Goulding volvía a dañarse en un tobillo retirándose con claras muestras de dolor y teniendo que ser atendido previamente durante unos minutos en el suelo.

En la cancha, poco baloncesto y, si llegaba, lo hacía de manera muy aislada. Siempre con los de Ruiz Lorente por delante en el luminoso, finalizando así el primer cuarto con un ventajoso 21-14 tras un 2+1 de Jelovac. El serbio precisamente era el único que pretendía romper los bostezos en un encuentro falto de ritmo y de la exigencia habitual. También es justo decir que, a pesar de las circunstancias, el control lo mantenían los aragoneses ante un Brose que sumaba infortunios en su juego.

De hecho, alcanzaba la máxima, 28-21, justo al llegar al ecuador del cuarto. No fue a más la brecha y los alemanes se mantenían en el encuentro, gracias en parte a que el CAI marraba canastas relativamente fáciles para abrir hueco. A pesar de que los visitantes se pusieron a uno, de nuevo volvía el +7 tras una serie de acciones positivas de Jason Robinson. Lo que valió para marcharse camino de los vestuarios con 37-31 favorable en el electrónico tras una gran maniobra personal de Lisch.

Segunda parte

El guión cambió algo en la segunda mitad, con un Brose que saltó a la pista con una mayor agresividad. Lo que le valió para un 6-15 de inicio que le permitió ponerse por delante en el marcador, 43-46, por primera vez desde los compases iniciales de encuentro. Fruto de esa mayor intensidad atrás de los visitantes pronto se colocarían en bonus, con más de seis minutos por jugar.

Pero la herida no dejaba de sangrar y los alemanes se estiraban con +10 en la recta final del tercer cuarto, pasando por momentos por encima de un desdibujado CAI Zaragoza. Lo intentaron los aragoneses con más corazón que cabeza pero ni siquiera pudieron maquillarlo, marchándose al último y definitivo con 50-60.

Tiró de orgullo el conjunto local, liderado por Jelovac, Lisch y Pere Tomàs, y comenzó endosando un parcial de 6-0 que metió al público en el choque por primera vez. Tampoco el respetable estaba de acuerdo con el arbitraje recibido un día más, lo que sirvió para caldear el ambiente y comenzar a creer en el triunfo. Sobre todo porque el serbio, tal y como había asegurado en la previa, tenía ansia de revancha tras la derrota en la ida.

Poco a poco, con sangre, sudor y lágrimas, el CAI fue acercándose y estrechando el marcador. Por entonces sí se veía la versión más activa de los de Ruiz Lorente tras la siesta que lo había complicado todo en el anterior cuarto. Robinson sumaba y seguía desde la línea de personales y lo ponía en un pañuelo, con 66-67 a falta de 3:30. Y más todavía con la aparición estelar de Rasko Katic, que igualaba a 70.

El “14” estaba en su mejor momento, acertando incluso desde la línea de libres, y recuperando una pelota decisiva con 72-72. El partido había cambiado por completo y ahora sí estaba en la mano del CAI. Llompart mostraba su fiabilidad desde la personal con otros dos tiros que daban una ventaja mínima a los maños con poco más de medio minuto por jugar, pero Brose también acertaba y devolvía las tablas.

La amenaza de la prórroga, en un choque sin nada en juego, se cernía sobre un CAI Zaragoza que tenía que pensar también en la “final” del domingo ante Unicaja. Y resolvería por la vía rápida, con un triplazo lejano de Kevin Lisch que levantaba al público de sus asientos. Era el 77-74 y prácticamente la sentencia, pero Brose aún tendría una canasta en sus manos, anotándola de dos en vez de tres. Cometerían poco después personal y Robinson mataría el choque con el definitivo 78-76. La mejor despedida posible, mejor dicho hasta luego, de la primera fase de grupos.