Opinión

Cuando fallan todos los controles

Vivimos estos últimos días y semanas desbordados por los nuevos acontecimientos y revelaciones que está habiendo, sobre casos de corrupción política ,cada vez más numerosas, y que afectan a nuevas personas, en toda España y todo Aragón.

Vivimos estos últimos días y semanas desbordados por los nuevos acontecimientos y revelaciones que está habiendo, sobre casos de corrupción política, cada vez más numerosas, y que afectan a nuevas personas, en toda España y todo Aragón.

Si no hubiera habido la enorme crisis económica que estamos ahora sufriendo, con muchos cientos de miles de familias que tienen dificultades para llegar a fin de mes, y que están indignados por el enriquecimiento de todos estos pillos, probablemente éstos se habrían ido de rositas, habiéndoles prescrito todas las fechorías que han cometido.

Sin embargo, existe un punto importante que nos tiene que hacer reflexionar, sobre todo lo que ahora está sucediendo: ¿cómo han podido fallar todos los controles, cuando ya se sabía desde hace años lo que estaba sucediendo?

El sistema estaba corrompido hasta niveles inimaginables y, sin embargo, como había entonces bonanza económica, y se pensaba que los ciudadanos nunca se indignarían por esto, todo se tapaba y nadie investigaba.

Ha tenido que suceder lo ocurrido después, con la crisis, para que la ola de indignación de millones de ciudadanos, de funcionarios mismos que investigan estos casos (con sus sueldos recortados injustamente, para pagar las deudas contraídas por políticos y banqueros irresponsables), haya desembocado en lo que ahora está sucediendo.

Ante todo ello, el Estado de Derecho debe reforzarse con un fortalecimiento radical de los instrumentos de control, y una reforma radical del sistema de partidos, y reforma radical de la Administración también.

Proponemos desde Fundiniciativas las siguientes medidas: primera, endurecimiento del Código Penal de los delitos de corrupción, pasando de los apenas meses de condena y multas, a decenas de años, lo que disuadiría a muchos pillos de cometer las mismas tropelías. Y aumento del plazo de prescripción de los delitos de corrupción, desde los exiguos 5 años actuales a los 10, 15 y 20 años, según el alcance del delito.

Segunda, un aumento de los medios judiciales, de fiscalía y policiales para combatir la corrupción, y nombramiento independiente del Fiscal del Estado y los autonómicos y provinciales (para evitar por ejemplo lo sucedido en Aragón en estos últimos años), con más funciones de la Fiscalía en la investigación, pero con un sistema radicalmente distinto de la elección de los escalones superiores. Lo mismo con los jueces, en especial, de los de los más altos escalones, hoy muy politizados, desde las Audiencias al Tribunal Supremo, al deberle el cargo en muchos casos a los políticos.

Tercera, creación de Agencias independientes de control de la contratación pública y de las subvenciones y de los tráficos de influencias e intereses, con un sistema de coordinación con la Fiscalía y la policía anticorrupción. Modificación de la legislación sobre contratos, para aumentar la transparencia, en los sistemas de adjudicación, de control del gasto. Hay que evitar, sobre todo en provincias pequeñas, que se teje, como ha sucedido en Aragón en los últimos 30 años, una tupida red de intereses, de familiares situados en cargos clave de otros en otros cargos, y que se cree así una red de impunidad a la corrupción, con una “cadena de favores” difícil de romper.

Cuarta, protección a los funcionarios y ciudadanos que denuncien corrupción, permitiendo la transmisión discreta de información a los organismos de control, para evitar cazas de brujas y purgas, a quien es crítico con el poder.

Quinta, reforma radical del sistema de acceso a la función pública, y de los tribunales de oposiciones, en todos los niveles y estratos.

Sexta, modificación de la legislación mercantil, para que se lleve a cabo un control de las grandes corporaciones y empresas y se evite la fuga de sus beneficios a los paraísos fiscales. Y reforzamiento a la vez de los medios de control e independencia de las Agencias actuales: Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, Energía, etc.

Séptima, reforma del sistema de partidos y del sistema electoral, con primarias obligatorias, sistema por distritos y listas abiertas, y medidas anticorrupción en los partidos con expulsión inmediata de imputados y transparencia en la rendición de cuentas.

Éstas son sólo algunas de las muchas medidas que podrían implantarse, que algunos partidos, como Podemos, UPyD, Ciudadanos y las medidas adoptadas ahora por el equipo de Pedro Sánchez (y la acertada Declaración de Valencia de hace unos días), ya están comenzando a exponer ante la opinión pública, y que desde la escuela y los medios también debería concienciarse a la población sobre todo ello.

Pero falta muchísimo más por hacer, en España y en Aragón, y también muchos pillos por descubrir. Que ojalá la justicia actúe con contundencia y podamos vislumbrar pronto un sistema nuevo y limpio.

Y que a las personas que denuncian corrupción no les ocurra, como a quien suscribe, que hace cuatro años, por denuncia una mínima parte de lo que ahora está saliendo, fue objeto de una campaña de descrédito y de un linchamiento, cuando lo que debió hacerse ya entonces es comenzar una seria investigación sobre lo que se estaba comunicando.