Zaragoza.- Xavier de Pedro se presenta al proceso de primarias para liderar la candidatura del Partido Aragonés a las elecciones municipales de la capital aragonesa por compromiso político y con la ciudad en la que ha nacido. Así lo defiende en esta entrevista en la que mantiene que la mejor medicina contra la corrupción es que los partidos sólo dejen entrar a personas con dicho compromiso e ideales, que se jueguen su prestigio. Algo que dice que tiene en su equipo.
Asegura que la subida de impuestos ha sido muy elevada a consecuencia de la crisis económica y que ello debe revertirse buscando otras vías de financiación y ajustando los gastos todo lo posible en las materias que no sean imprescindibles.
Por otro lado, aspira a regir Zaragoza para conseguir una igualdad fiscal, una mejora de la financiación y de su relación con el resto de Aragón, así como rehabilitar el comercio, la vida interna y mejorar los servicios de movilidad ya existentes. En cuanto a si apuesta por una segunda línea del tranvía, De Pedro afirma que no es momento de grandes inversiones y que si mejorara la situación económica primero habrá que consensuar con vecinos y comerciantes.
Lo primero que haría al llegar al Ayuntamiento: pedir un informe de la situación de las arcas municipales. Si el 29 de noviembre sale elegido candidato, dejará su cargo de presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro cuando lleguen las elecciones.
Pregunta.- ¿Por qué se ha presentado para liderar la candidatura del PAR al Ayuntamiento de Zaragoza?
Respuesta.- Me presento por un compromiso ideológico con mi partido y con la ciudad en la que he nacido. En estos momentos, el PAR no tiene representación en el Ayuntamiento de Zaragoza y debo dar un paso adelante e intentar que esto cambie y contribuir a hacer una Zaragoza diferente, mejor, con más vida interior, con más cultura, proyección exterior y más unida al Gobierno de Aragón, que ejerza verdaderamente de capital de la Comunidad.
P.- Dijo usted en la presentación de su proyecto que había que terminar con los privilegios territoriales para que Zaragoza pudiera competir en igualdad de condiciones ¿qué nuevos derechos tendría que tener o cuáles habría que eliminar a otros?
R.- Hay que generar una situación de igualdad fiscal y de financiación. El problema de Zaragoza es que para competir con Pamplona o Bilbao se encuentra con desigualdades respecto a eso. Además existen cupos privilegiados tras concesiones a Cataluña o también ciertos abusos del centralismo, en los que Madrid es un imán económico que hace que Zaragoza, a pesar de su lugar estratégico, esté en inferioridad de condiciones.
En estos momentos, la principal reforma constitucional debe ser la igualdad fiscal, también a nivel europeo, porque no puede ser que los intereses de la deuda española se paguen de manera diferente a los de Alemania.
P.- Mostró su rechazo a las personas que se meten en política para servirse de ella, ¿qué podría hacerse desde el Ayuntamiento para evitarlo?
R.- El problema de la corrupción viene de los partidos políticos no de las instituciones. En los últimos años, seguramente derivado de la época de bonanza y de un cierto desinterés por la política, muchas personas han entrado en los partidos con intereses personales. Eso ha ido generando el clima de corrupción que actualmente vivimos. No son corrupciones ocasionales, sino intencionadas, que crean organizaciones de corrupción como el caso de los ERE en Andalucía, la financiación ilegal del PP a través de Bárcenas o la Operación Púnica.
Son verdaderas organizaciones que se han introducido en los partidos políticos para servir sus intereses personales y generar una red de corrupción. Por ello, los partidos tienen que exigir más que nunca que todos sus representantes tengan un compromiso ideológico claro, una preparación e independencia personal y que se jueguen su prestigio. Esa es la mejor medicina contra la corrupción: personas con compromiso e ideales.
En el PAR tenemos suerte, porque somos personas comprometidas con unos ideales. Este tipo de situaciones afortunadamente no se han dado pero de cara al futuro hay que prevenirlas. En la candidatura que yo represento la idea es contar con zaragozanos con compromiso, capacidad de trabajo y profesionalidad. Hay que poner en valor la política, porque si la desprestigiamos, se alejará la gente que esté preparada.
P.- ¿Por qué ceñirse a ocho años en un cargo como plazo máximo?
R.- Ocho años es tiempo suficiente para desarrollar el proyecto y después hay que dar paso a otra generación, que coja el relevo y aporte lo que en ese momento exija la sociedad.
Sobre todo en un puesto determinado, porque si no se genera agotamiento de ideas, desgaste político y evita la regeneración.
P.- ¿Cuál es su modelo para Zaragoza?
R.- Hay dos modelos: el ideológico y lo urbano. En el primero, Zaragoza debe ejercer de capital de Aragón y sumar con el Gobierno autonómico para las reivindicaciones de infraestructuras, igualdad fiscal o cultura. Tiene que tener un perfil aragonés que a veces se echa de menos en Zaragoza.
En cuanto al modelo urbano, yo soy partidario de la ciudad compacta, consolidada y bien organizada. Hay que renovar y hacer más vida interior, rehabilitando el comercio, facilitando los servicios y la movilidad, porque nos hemos olvidado de ello con los desarrollos urbanísticos de los últimos años. La Ciudad de la Justicia está lejos y la Universidad de Zaragoza está dispersa.
P.- ¿Cuál sería su primera medida como alcalde de la capital?
R.- Lo primero que haría sería pedir un informe sobre la situación económica del Ayuntamiento para poder tener una política financiera y económica adecuada para el equilibrio presupuestario.
Segundo, movería las relaciones con el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Zaragoza y el Gobierno de España de cara a una mejora de la financiación que requiere el Ayuntamiento.
P.- Esa relación pasa también por la Ley de Capitalidad, ¿qué ejes propone para ella?
R.- Ese marco se ha ido retrasando por falta de entendimiento político, lo que no debería haber sido así. A partir de ahí, habrá que ver las necesidades, proyectos e infraestructuras que se pueden incluir para la financiación de esta ley, ya que muchos son para todo Aragón no sólo para Zaragoza, por lo que debe tener el apoyo del Gobierno.
Si queremos tener una capital fuerte y que sea un motor económico, industrial y social tiene que haber una comisión bilateral entre la ciudad y el Pignatelli; fijar un marco competencial especial para Zaragoza como urbanismo o vivienda; y un acuerdo económico-financiero con el Ejecutivo autonómico así como participar en la financiación de la Diputación Provincial, que tiene un presupuesto muy importante gracias a la ciudad, por lo que tiene que contribuir a su desarrollo.
P.- ¿Qué opina de la política fiscal municipal actual y qué cambiaría?
R.- En los últimos años el IBI ha ido subiendo en exceso y además han subido otros impuestos a unos niveles muy altos y eso hay que rebajarlo, porque penaliza el consumo y la actividad económica. Eso se hace buscando otras vías de financiación y ajustando todo lo posible los gastos que no sean imprescindibles.
P.- ¿Qué piensa del “tranbús” o de una segunda línea del tranvía?
R.- En estos momentos no estamos para grandes proyectos. Las cartas están echadas, porque ya tenemos un tranvía y unos autobuses, que hay que combinar para el mejor servicio. Además, también hay que aprovechar los Cercanías y los taxis. El modelo tiene que ir a evitar el tráfico privado y si mejora la economía, habrá que consultar a los vecinos y comerciantes para ver si hay interés en una segunda línea del tranvía y compensar a los comerciantes que sufren obras de larga duración.
El “tranbús” no aporta nada nuevo y es una inversión importante. Hay que mejorar la movilidad o remodelar la flota de buses.
No son unas elecciones para presentar proyectos faraónicos sino en incidir en la mejor gestión de los recursos públicos y en la recuperación de la vida interior, la calidad de los servicios y su imagen.
P.- ¿Qué haría en los barrios degradados?
R.- Barrios degradados en su integridad no existen, afortunadamente, pero sí que tienen muchos años o están deteriorados urbanísticamente o socialmente, con problemas de seguridad ciudadana en algún punto. Eso es trabajar en la ciudad consolidada.
El casco histórico necesita las condiciones que permitan ir a vivir a la gente, pero no sólo allí, sino que en Delicias, Las Fuentes y San José se necesita una renovación urbana que les dé mayor calidad de vida por los años que tienen. Apostar por la rehabilitación generará un movimiento económico de pymes también.
P.- Si el 29 de noviembre sale elegido candidato, ¿qué pasará con su puesto de presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro?
R.- Si salgo candidato seguiré ejerciendo de presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, pero cuando lleguen las elecciones tendré que dejar el cargo. Es una etapa en mi vida y espero que empiece otra si salgo elegido, lo que depende de zaragozanos y zaragozanas.
Todavía soy candidato en primarias de mi partido y tengo que esperar a que termine el proceso. Si soy candidato explicaré candidatura, proyectos y calendario a manejar.
P.- Por último, ¿cómo va a recuperar la representación del PAR en el Ayuntamiento?
R.- Tenemos que transmitir credibilidad a los zaragozanos y convencerles de que nuestro proyecto es serio, comprometido con nuestras ideas de la defensa de Aragón, de España y de los intereses de los zaragozanos.
Trabajaremos por una Zaragoza mejor, pero la última palabra la tienen los ciudadanos.
