Ocio como terapia y estilo de vida

En la Fundación Virgen del Pueyo supieron bien que llevar el ocio a las personas con discapacidad intelectual es más que pasar el tiempo y lo convirtieron en una forma de terapia. Por ello, crearon la Asociación ROC, que desde 2009 trabaja para mejorar el día a día de los 110 usuarios del centro a través de múltiples actividades.

Zaragoza.- Cualquier persona necesita del ocio en algún momento del día para desinhibirse del aburrimiento y estrés diario que conlleva la rutina. Pero el ocio puede ir más allá y convertirse en una terapia. Eso lo saben muy bien en la Fundación Virgen del Pueyo (FVP), en Villamayor de Gállego (Zaragoza), que trabajan desde 1975 en el cuidado y atención de personas con discapacidad intelectual.

Por este motivo surge la Asociación Grupo ROC (Relaciones, Ocio y Cultura) en el año 2009, perteneciente a la FVP -aunque funciona de forma independiente a esta-, para hacer el día a día de este colectivo más animado. El fundador y actual director de la FVP, Carlos Guerrero, explica que la rutina para los usuarios, que son a día de hoy 72 residentes y 38 los que van a disfrutar de las actividades al centro de día, es muy dinámica ya que existe un amplio programa grupal e individual.

“Estas personas tienen discapacidad intelectual a diferentes niveles, pero también suele venir acompañada por otro tipo de déficit, como problemas físicos o sensoriales”, señala la trabajadora y una fundadoras de la Asociación ROC, María Guerrero. Así,  buscan tener un programa que acoja todo tipo de actividades como ir al cine, a la piscina, talleres de cocina, de manualidades, visitas a bomberos, al acuario, al Gino´s donde hacen un taller de pizzas, a la discoteca, sesiones de aquagym y de baile, paseos en barco por el Ebro, en tándem por el parque, a la bolera, espectáculos de magia o campamentos, entre muchas otras. Además, siempre que pueden, según María, llevan a los usuarios a actividades con perros, conejos, hurones… pero, sobre todo, y si todo cuadra, se acercan al Pony Club de Utebo, un centro de hípica donde disfrutaron hace un par de semanas de una jornada de equinoterapia. “Nos intentamos meter en todos los saraos que podemos”, afirma.

“Hemos comprobado que todas las actividades con animales son un éxito y como tienen poca facilidad para hacerlo ellos por si mismos, lo organizamos y los traemos aquí. No es por la terapia en sí, es porque se lo pasen bien y disfruten. ¿Y que luego tiene otros beneficios? Pues fenomenal, pero lo principal es la diversión”, indica María, aunque añade que se persiguen diferentes objetivos que van más allá de la diversión dentro de las diferentes áreas en las que trabajan. “Ofrecemos ocio de calidad, tanto para los socios como para los voluntarios”.

Uno de los puestos del Rastrillo Gourmet 2013
Uno de los puestos del Rastrillo Gourmet 2013

Pero la actividad que más éxito tiene, conforme señala María, son los campamentos “porque duran más, pero en general, nuestros chicos son muy agradecidos y cualquier cosa les encanta, especialmente si se sale fuera del recinto de la FVP y aún más si conocen a gente nueva”.

Por su parte, Carlos Guerrero, que es psicólogo, recalca que todas las iniciativas son muy dinámicas excepto el taller manipulativo que hacen en la residencia, donde “no están más de una hora para que haya movilidad y evitar el sedentarismo”. Según Carlos, si hay tareas que son encargadas por una empresa “están un poco más, pero hasta dos horas”.

El taller manipulativo se hace siempre, aunque no lo pidan las empresas. “No lo hacemos por el interés de empleo o de trabajo, lo hacemos por la ocupación, porque entendemos que la ocupación es terapéutica para los chicos: hay menos problemas de conducta, están más tranquilos, se sienten más a gusto, más útiles… Tienen otro concepto, mucho más amplio, como nos pasa a todos”, subraya el director.

La FVP tiene dos centros especiales de empleo independientes a la entidad. En ellas, además de múltiples tareas como jardinería, lavandería, limpieza, catering y restaurante, por ejemplo, tienen una imprenta en la que codifican los dibujos de los usuarios, que más tarde se convertirán en christmas navideños que, tal y como afirma el director, “son preciosos”.

A través del taller de manipulación, estas personas aprenden a doblar, a empaquetar, manejan materiales como cartón, telas, tierra, café, plástico… con el objetivo de confeccionar objetos que después usan para juegos y representaciones de tipo dinámico y expresivo. “Cuando no hay trabajo de exterior nos lo inventamos”, declara Carlos. “Se hacen trabajos muy sencillos, cosas en las que luego el dinero revierte para la compra de materiales”. “La manipulación como ocupación terapéutica y porque al manipular ordenamos el cerebro”, sentencia.

En busca del voluntariado

El funcionamiento de la Asociación ROC se basa en el voluntariado, que va variando dependiendo de las tareas y/o de la época del año. Y ese es el principal problema que señalan, tanto los monitores como el director del centro, que hacen falta más personas dispuestas a colaborar.

“Es cierto que nos cuesta encontrar voluntarios y nos gustaría tener una plantilla más fija. Hay temporadas que nos ha ido muy bien, pero no logramos entender a qué se debe la falta de voluntariado”, indica María.

María Guerrero y Álvaro Herrando, trabajador social, monitor y voluntario de ROC, coinciden en que es difícil el trabajo diario en la Asociación por “falta de voluntarios que estén realmente comprometidos”. “Por suerte tenemos muy buena gente entre el personal de la FVP, que siempre que nos vemos en un apuro colaboran con nosotros”, dice María.

Álvaro lleva desde verano colaborando en ROC, cuando estuvo de acampada con los usuarios de la FVP “que es una actividad que me gusta y me llena”. Explica que intentan hacer una actividad por semana, cuatro al mes en total. “Depende de los voluntarios que haya. Los llevaríamos todos los días de excursión pero hay que mirar los presupuestos”, indica.

Una de las usuarias de FVP junto a dos voluntarios en la pasada jornada de equinoterapia
Una de las usuarias de FVP junto a dos voluntarios en la pasada jornada de equinoterapia

Para este voluntario, el día a día es “entretenido”. “Lo que más me gusta es pasar el tiempo con ellos, es lo que más valoro y lo más importante”, declara.

Asimismo, María revela que lo más fácil de ser voluntaria es estar con ellos, “a mí  es lo que más me gusta, si no fuera por eso y porque disfrutan un montón y te lo agradecen día a día, no lo haría”. A esta fundadora de ROC lo que más le sorprende es la huella que deja este tipo de actividades en ellos: “Con los campamentos, nada más volver ya me preguntan cuándo vuelven a ir, a menudo, casi todos los días, lo recuerdan. A veces, en momentos de salud complicados, lo tienen presente y esta huella compensa todo”.

A pesar de no buscar un perfil de voluntario específico sí que tienen en cuenta la cualificación, que, según Carlos, es "deseable". “El voluntario tiene que tener conocimientos, de hecho nosotros damos instrucciones, una hora de pautas básicas para que sepan cómo tratarles, cómo dirigirse a ellos… para que no tengan dificultades”, expone. “Cuando ya es un voluntariado más continuo, buscamos una mínima formación”.

Por todo ello, en ocasiones salen a las escapadas en colaboración con otras ONG, dependiendo de la actividad “u oportunismo que nos pueda aportar”, especifica María, que también insiste en que en la mayoría de casos, los voluntarios de Cooperación Internacional son los que más ayudan: “Esta ONG es nuestro nexo para el ocio, que suele tener unos servicios de voluntariado muy interesantes. En esos casos son ellos los que se encargan un poco en ponernos en contacto”.

Igualmente, Carlos ha querido destacar a los profesionales que voluntariamente dedican horas a este tipo de acciones sin ningún tipo de retribución, y a las familias que “en cualquier momento están dispuestas a acompañar o a hacer lo que sea”. “Ellos también son un tipo de voluntariado”, recalca. “Es muy importante en todas las profesiones, pero en la nuestra el factor humano es básico”.

Financiación

Las actividades de ocio las van programando en función de las ayudas, “de lo que va surgiendo y de lo que podemos abordar económicamente”, señala María, porque si no, “no las podemos hacer”. “Intentamos buscar muchas cosas por hacer en Zaragoza en las que podamos participar de forma gratuita porque si no es un poco difícil”, declara.

Además, otras fuentes de financiación vienen de la mano de empresas como Endesa (quien dotó una aportación económica para la actividad de la equinoterapia el pasado 25 de octubre), o de las ONG que “nos han ayudado un montón porque nos proporcionan actividades”. Asimismo, María subraya que en algunas ocasiones reciben subvenciones “e intentamos estar al día de las cosas que hay y enviamos proyectos, pero no siempre salen”.

El director de la FVP, que funciona básicamente con dinero de las administraciones, especialmente por el aportado desde el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), indica que reciben donaciones de todo tipo. “Las plazas que hay son públicas, y están cofinanciadas por las familias, que abonan un tanto por ciento por la plaza, pero todas las vacantes, tanto las de residentes como las de usuarios del centro de día, son públicas”.

Mercadillo Gourmet

Una de los eventos anuales más importantes que llevan a cabo desde la Asociación ROC es el Rastrillo Gourmet, que este año cumple su quinta edición. En él todos los asistentes podrán encontrar productos de alimentación de “primera calidad” y artesanales a precios de fábrica, además de manualidades que crean los propios usuarios y operarios de la Fundación bajo la marca “DisArte”.

El próximo sábado 29 de noviembre, entre las 10.00 y las 15.00 horas, la sede de la FVP se convertirá en una acto de compra-venta donde lo más destacado será la solidaridad de los visitantes, ya que con los fondos recaudados se contribuirá de forma integral con la discapacidad intelectual. “También abrimos nuestro restaurante ‘Arena y Café’, que es uno de los Centros Especiales de Empleo, y ahí todo el mundo que quiera puede disfrutar de un aperitivo después de realizar sus compras”, explica María.

La Asociación ROC hace el día a día de los usuarios dinámicos para que se diviertan
La Asociación ROC hace el día a día de los usuarios dinámicos para que se diviertan

Hasta agotar existencias, los diez puestos pondrán a disposición de los participantes artículos que varían entre cuadros de diferentes tamaños, juegos para niños, pulseras y pendientes, hasta productos de El Portal, Jalea de la Luz, Bodegas DCueva y de El Acebo del Moncayo, o vinos, cavas, jamones, quesos, embutidos, latas de conserva, bombones, turrones y otros productos delicatessen.

Según María, el Rastrillo Gourmet “es una respuesta a la sensibilidad de los más próximos y, especialmente, la de algún empresario que desde hace tiempo viene colaborando con nosotros”. La voluntaria afirma que en la FVP intentan estar siempre en movimiento, creando eventos “que motivan y favorecen”.

“Los que más disfrutan son nuestros usuarios y operarios, que colaboran directamente ese día, ayudan a organizar todo el evento y atienden a las personas que asisten, tanto en los puestos que se preparan como en el restaurante, siempre bajo la supervisión de varios profesionales de la FVP que también, de forma voluntaria, colaboran”, recalca la misma, que también insiste en que ese día “es un claro ejemplo de un buen trabajo de voluntariado en equipo, tanto de los propios profesionales de los distintos centros de la FVP, como de diferentes entidades y empresas que persiguen un mismo fin: colaborar con este tipo de población”.