Andrés Mérida: "El artista que diga que no tiene ego es un mentiroso"

"Mérida: Juglar del Sur" es una muestra que rejuvenece el costumbrismo tradicional andaluz. Su autor, el pintor Andrés Mérida, apuesta por darle un toque personal a la figura de toreros, cantaores y bailaoras. También hace hincapié en la importancia de traspasar fronteras y en la consideración que el artista tiene de sí mismo.

Zaragoza.- Andrés Mérida (Algeciras, 1964) trae hasta la Sala de Exposiciones de Bantierra la muestra “Mérida: Juglar del Sur”. El pintor, a través de 29 trabajos, aporta una visión diferente sobre las escenas del costumbrismo de Andalucía, protagonizados, eso sí, por elementos comunes y reconocibles como las monteras, los mantones, las peinetas, el vino y el mar.

Mérida habla de la pintura como una parte de sí, como parte de su identidad y de su personalidad. Además, confiesa que salir al exterior le produce un sentimiento de orgullo, pero que también es por su propio ego.

Pregunta.- ¿Por qué empezó en la pintura?
Respuesta.- Porque era una necesidad natural, fisiológica. Entré desde pequeño porque tuve la necesidad de expresarme a través del dibujo y ya después se va marcando tu vocación, porque esto no es una profesión, es vocación.

P.- ¿Qué refleja en sus primeros trabajos?
R.- Un niño expresa lo que ve a su alrededor, lo que siente y lo que le llama la atención. En mi caso, me atraían los comics: su dibujo, las formas. Y comencé a divertirme.

P.- ¿De dónde toma sus referentes?
R.- Cuando estás estudiando la carrera, tienes muchos referentes y no son los mismos los que tienes en primero que los que tienes en quinto cuando sabes más. Sí es verdad que he tenido muchas referencias de las corrientes del siglo XX, con los expresionistas, los surrealistas, con todos los ismos. Y eso es obvio aunque haya marcado mi propia personalidad.

P.- ¿Hay algún autor que le haya impactado de forma especial?
R.- No hay ninguno en especial, aunque tengo mucha pasión por Dalí o por Picasso, pero parece como muy tópico. Pero también tengo referencias de otras etapas, como por ejemplo Arcimboldo, que es un artista del Renacimiento del que me apasiona su dualidad y que luego sí que está relacionado con Dalí y sí que tienen similitudes.

P.- Usted se divierte con la pintura y se licencia en Bellas Artes, pero también lo tiene que compaginar con el trabajo en la empresa de su padre ¿Cómo son esos años?
R.- Hay un momento en el que termino la carrera y mi padre me introduce en el negocio familiar. Esto tiene una parte positiva y una negativa. Fue negativa por mi estado de ánimo, porque no me hacía sentirme cómodo, pero fue positivo porque al ser un comercio grande me enseñó a saber cómo vender mi obra.

Andrés Mérida expone en Zaragoza hasta el 28 de noviembre
Andrés Mérida expone en Zaragoza hasta el 28 de noviembre

P.- ¿Fue duro compaginar esas dos vertientes y no tener todo el tiempo disponible para su pintura?
R.- Yo pasé hambre de identidad, llegó un momento en el que le dije a mi padre “yo me voy de aquí” porque no le encontraba sentido, quería estar en el negocio, pero mi vida era mi vida. La lucha que llevé fue vocacional y una vez que la superé ha llegado otra: la crisis.

Además está la lucha en lo estético, porque un artista nunca está contento consigo mismo y con el resultado de su obra, y en el momento que lo está deja de ser artista para ser artesano.

P.- ¿Y hacia dónde quiere seguir evolucionando?
R.- No es que quiera, es que mi obra y mi manera de crear me piden más. Y por ejemplo, el público por un lado te dice “esto ya lo he visto”, pero también buscan tu sello; son muy observadores, pero también muy traicioneros inconscientemente. Así que mi evolución busca seguir contando mi historia, de distintas maneras pero sin salirme de mi lenguaje.

P.- ¿Qué tiene de especial su trabajo?
R.- Que busco dejar mi personalidad reflejada en la obra, que se sepa a quién corresponde con solo verlo. Además, me gustan cosas como los toros, el flamenco, el Mediterráneo y lo traduzco en un mensaje de mi tiempo.

Mi obra es sentir el flamenco, pinto porque lo siento, está en mi piel. Y cuando pinto flamenco necesito escucharlo, porque tienes que sentir su vibración y su sentimiento; igual que cuando pintas jazz y blues. Quizá es más fuerte incluso que el tema de los toros, por el que tengo mucha afición, pero que también me da respeto. Sin embargo también es verdad que hay muchas similitudes entre todos.

P.- Además usted hace pintura simultánea con artistas ¿Es una presión añadida?
R.- Es muy complicado, para morirte de miedo porque es una improvisación. Como anécdota, actuando con Estrella Morente para realizar una obra que sería el cartel de la corrida del Domingo de Resurrección de Málaga me di cuenta de que me faltaba el rojo y tuve que “echarle arte”, porque no puedes pararlo todo.

P.- ¿Qué se siente al tener obras en varias partes del mundo?
R.- Me siento orgulloso de que en otros países conozcan mi cultura, porque me siento un poco como un embajador, en mi justa medida. Soy un apasionado de lo que me rodea y quiero trasmitirlo, aparte de mi propio ego, no voy a mentir: El artista que diga que no tiene ego es un mentiroso.

Mérida reconoce tener varios referentes
Mérida reconoce tener varios referentes

Creo que estoy haciendo algo especial, creo en mi obra y la quiero llevarla al máximo mostrándola y enseñándola.

P.- ¿Qué opiniones le llegan desde puntos como China, Estados Unidos o México?
R.- Me llegan muchos comentarios sobre que les apasiona y les gusta. Me llegan muchos de otros países porque tengo muchos seguidores a través de redes sociales, que ahora son el otro camino de difusión.

P.- ¿Qué le supone exponer en Zaragoza?
R.- He llegado de la mano de Fernando Bordejé y de Mercedes Abad, que han apostado por que viniera hasta aquí. Además, la acogida ha sido muy buena y parece que fuera de toda mi vida de aquí, tengo muy buena vibración y me siento identificado con la ciudad porque veo que es un lugar muy suyo.