Las aguas del río Gállego en Aragón están contaminadas de lindano, un poderoso pesticida, y hace un mes varios pueblos no pueden consumir agua de boca.
Las filtraciones al rio llevaban tiempo produciéndose pero por descoordinación entre administraciones dejaron que la población se envenenara en verano y así poder acabar la campaña de riego contaminando también los productos que con dicha agua se riegan.
Hace años que Sabiñanigo es Springfield y las decisiones políticas tipo “Prestige” de estos dos meses solo han logrado aumentar el problema con un traslado chapucero del lindano enterrado y dejado por la empresa Inquinosa que se fugo sin pagar las multas. Ahora no ha voluntad de solucionarlo de verdad si no de volver a taparlo, decir que las analíticas van bien y continuar con el envenenamiento lento de la población a la que recortan los médicos.
La estrategia es perfecta: los enveneno, no los curo, se extinguen y puedo hacer la obra del pantano de Biscarrués sin oposición y con agua contaminada para seguir acabando con los aragoneses.
Pensaría que vivo en los Simpsons pero no es cierto porque ningún medio nacional se ha hecho eco de la noticia y ni siquiera salgo en la tele. Así que será que estoy en África.
