Es obvio que Podemos no ha venido sólo para probar suerte en las urnas, sino para quedarse entre nosotros mucho tiempo. La retórica política de su líder, Pablo Iglesias, recuerda vagamente al Che Guevara, pero su mensaje subliminal de que los ciudadanos de nuestro país están siendo sojuzgados, esclavizados, tiranizados, oprimidos o maltratados por un bipartidismos fuertemente partitocrático y cerrado, por una casta corrupta política y financiera insensible y ajena al sufrimiento de amplias capas sociales, está calando hondamente en la sociedad.
No se conoce todavía el ideario completo de Podemos, su programa político y económico para nuestro país pero, en cualquier caso, a sus líderes habría que advertirles de que jamás podrán acometer grandes cambios políticos y económicos por sí solos, sin el concurso de otros partidos de izquierda emergente como Ciudadanos o UPyD.
Pablo Iglesias debería tomar conciencia de que los grandes cambios políticos y económicos son, ya de por sí, complejos de llevar a la práctica, pero si es un solo grupo político el que pretende ponerlos en marcha y desarrollarlos se tornan en imposibles de realizar sin consenso con otras formaciones políticas.
Tengan en cuenta los miembros de Podemos que si un sistema político ya no sirve por decrépito y caduco, anquilosado, ineficaz y corrupto, como puede ser el bipartidismo actual, el cambio que vaya a tener lugar para superarlo tiene que funcionar bien desde el principio, porque, en caso contrario, si lo viejo ya no sirve pero lo nuevo no arranca bien, entonces sí que tendríamos todos un problema muy grave de muy difícil solución.
Hay que apelar a la sensatez de los líderes de Podemos para que emitan propuestas de cambio político y económico que puedan ser asumidas por otras fuerzas políticas emergentes como Ciudadanos y UPyD, de modo que la nueva izquierda que viene a sustituir al agotado y decrépito PSOE pueda mostrarse unida cuando llegue el momento de implementar los cambios que nuestro sistema político y económico necesita para ser más abierto democráticamente y justo socioeconómicamente hablando.
Esperemos que así sea.
