Zaragoza.- En los últimos ocho años, el Real Zaragoza ha soportado la gestión más dañina en la historia del club con Agapito Iglesias a los mandos. Cuando la desaparición parecía casi inevitable, la Fundación Zaragoza 2032 depositaba cerca de ocho millones de euros para que la entidad maña pudiera sobrevivir.
Pero el problema no sólo se encontraba en la parcela económica. En lo puramente deportivo, la entidad quedaba casi desierta de jugadores en propiedad y los pocos futbolistas con contrato poseían fichas inasumibles para el Real Zaragoza en la actual situación.
Encontrar una solución para la salida de hombres como Montañés, Álvaro, Abraham, Víctor Rodríguez, Paglialunga o Barkero se antojaba vital para el ajuste presupuestario necesario para poder competir esta temporada. Una papeleta complicada tanto para Víctor Muñoz como para la propia directiva.
Los dos primeros salarios elevados en abandonar la nave blanquilla fueron Álvaro González y Paco Montañés. Ambos se desvinculaban del conjunto aragonés para poner rumbo a Barcelona y vestir la camiseta del Espanyol. Aunque lejos del rendimiento que se esperaba de ellos, los dos jugadores habían sido titulares para el técnico aragonés en la pasada campaña.
También la ficha de Abraham suponía un problema para el Real Zaragoza. Por ello, el lateral izquierdo salía de la Ciudad Deportiva rumbo a Eibar en calidad de cedido. Un caso distinto fue el de Víctor Rodríguez. En un primer momento, la entidad decidió contar con los servicios del catalán, pero no se pudo llegar a un acuerdo con el futbolista para revisar su sueldo.
Cuando parecía que su futuro estaba en Córdoba, el centrocampista catalán terminaba reforzando las filas del Elche. Después, El Real Zaragoza y Mario Paglialunga llegaban a un acuerdo para oficializar la rescisión del contrato del futbolista argentino. Tras una discreta temporada 2013-2014, en la que fue titular para Paco Herrera hasta la llegada de Víctor Muñoz, el centrocampista dejaba el vestuario aragonés por su alta ficha y por no contar para el técnico.
Sólo una semana después, se resolvía el último de los problemas en lo que a fichas se refiere. La entidad anunciaba la desvinculación de José Javier Barkero, una salida obligada por la alta ficha de 400.000 euros del vasco. El bajo nivel exhibido por el centrocampista la pasada campaña y las continuas lesiones también influían en la decisión.
Dos días más tarde, Lucas Porcar también salía de la Ciudad Deportiva. El Real Zaragoza y el Sabadell llegaban a un acuerdo por el futbolista. El catalán aterrizaba en el conjunto arlequinado en calidad de cedido para la presente temporada de la Liga Adelante.
Sin haber llegado a ser una figura relevante en las filas del Real Zaragoza, Lucas Porcar ponía rumbo al C.E. Sabadell en busca de protagonismo y minutos de juego. De ese modo, quedaba cerrado el episodio de salidas que podían suponer un problema para el conjunto maño.
En la otra cara de la moneda, la de las incorporaciones, un total de quince jugadores reforzaban la plantilla. El primero en llegar fue Pedro Sánchez. El futbolista era presentado en La Romareda y atendía a los medios acompañado por Carlos Iribarren y Martín González para destacar su velocidad y capacidad goleadora. Procedente del Córdoba, aseguraba que no se pensó dos veces vestir la camiseta blanquilla.
Tras él, llegaron hombres como Basha, Diogo, Cabrera, Dorca, Ruiz de Galarreta, Eldin, Mario, Rubén, Jaime, Borja Bastón, Willian José, Bono, Lolo y Tato. Precisamente el delantero murciano era el que cerraba la lista de incorporaciones para el curso 2014-2015.
En su presentación reconocía que “lo que necesito sobre todo es asentarme aquí, encontrar vivienda rápido con mi mujer y ponerme a punto lo antes posible”. Aunque llegaba fuera de forma tras un verano atípico para él, Tato aseveraba que llegaba a “un equipo donde hay mucha competencia en la parte de arriba, hay buenos futbolistas y trataré de aprovechar la oportunidad que me den en el sitio que sea”.
Con todas estas piezas por conjuntar, arrancaba el Real Zaragoza su camino hacia el objetivo. El club ha intentado evitar hablar de ascenso, pero lo cierto es que es la prioridad de una entidad completamente renovada. En la parcela económica, la envenenada herencia de Agapito Iglesias también trae muchos problemas.
Los aragoneses se han visto obligados a renegociar la deuda con una Agencia Tributaria con poca predisposición para acercar posturas. Sin embargo, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, reconocía para ARAGÓN PRESS que Hacienda debería renegociar la deuda con el Real Zaragoza.
En esta línea, Tebas explicaba que “ya he dado mi opinión sobre Soledad García. El fútbol español está haciendo un esfuerzo tremendo en reducción de deuda. Hemos bajado 200 millones en dos años y eso se tiene que reconocer”.
Además, el presidente de la LFP añadía que “cabe perfectamente que el Real Zaragoza pueda renegociar su deuda, bien dentro del Concurso de Acreedores o bien fuera. Se tienen que dar cuenta de que el actual Real Zaragoza está dando un ejemplo de lo que es intentar cumplir con el Estado y deben tener un aplazamiento, ya que es un club histórico. Los que están al frente son muy cumplidores y esperemos que se cambie, aunque por ahora estamos sin conseguirlo”.
En las últimas horas, Hacienda parece imponer la lógica y retomar el camino de la renegociación. Así, el club aragonés comunicaba que ve con optimismo la posibilidad de lograr un acuerdo después de lo acontecido en estos días.
Las actuaciones impulsadas por el Departamento de Recaudación allanan el camino que permitiría alcanzar un entendimiento entre el club aragonés y la Agencia Tributaria. En este escenario, la entidad maña tiene que solucionar los múltiples problemas que llegan desde diferentes costados.
