CAI ZARAGOZA

Rebote perdedor (88-86)

Esfuerzo en vano del CAI Zaragoza, que no pudo dedicar la victoria ante Estrasburgo a José Luis Abós. Los aragoneses se sobreponían a un horroroso tercer cuarto, mandaban el choque a la prórroga y un palmeo sobre la bocina de Howard daba el triunfo a los franceses por 88-86. Siguen los problemas con las pérdidas y los rebotes.

Zaragoza.- El CAI Zaragoza no pudo dedicar el triunfo a José Luis Abós en un partido loco. Los aragoneses hacían una gran primera mitad, sucumbían tras un nefasto tercer cuarto en el que encajaban 35 puntos e igualaban en el último segundo mandando el choque a la prórroga con tres libres de Llompart. Allí, un palmeo sobre la bocina de Howard hacía sucumbir a los rojillos por 88-86, haciendo inútil el notable esfuerzo realizado.

El choque comenzaba, precisamente, con un minuto de silencio dedicado al entrenador zaragozano. Y el plan de Ruiz Lorente muy claro: cargar el ataque sobre la defensa de Traore. El francés anotaba seis puntos consecutivos pero también cometía dos personales en cuatro minutos que le llevaban al banco. La muñeca de Jelovac compensaba en los primeros compases el grandísimo poderío físico de los galos. Aunque los problemas de rebote defensivo se sucedían, permitiendo un 8-0 para los locales.

Pero el CAI reaccionaba con un 0-7 que volvía a darle las riendas con 12-15 en el electrónico. Por entonces ya se podía considerar como un gran cuarto de los rojillos, que lucían crespón negro en su camiseta. Robinson elevó el parcial a 0-10 y una gran defensa permitió a los de Joaquín Ruiz Lorente marcharse con ventaja al primer bocinazo, con 12-18 concretamente.

Los franceses aumentaron su dureza atrás, dificultando la fluidez caísta y endosando de salida un parcial de 7-0, contestado con un triple de Tomàs. Las fuerzas se igualaban y aparecían una serie de pérdidas imposibles de comprender en ambos bandos. De hecho, el CAI no encontraba espacios y sólo era capaz de anotar desde más allá de 6,75. Lo cual no era poco, con seis puntos consecutivos de Goulding que volvían a darle las riendas a los visitantes.

La primera canasta de dos llegaba pasados seis minutos, obra de Katic, dándole la máxima al CAI con 22-29. El mayor mérito residía en haber logrado cerrar sobre la marcha la sangría de rebotes y, además, un espectacular 8 de 12 en triples que le llevaba al túnel de vestuarios con 26-37. Probablemente había sido la mejor primera parte de toda la campaña.

Segunda parte

El guión cambió por completo tras el descanso, con el CAI teniendo inmensos problemas con las pérdidas y también de nuevo con el rebote. Además, los locales corregían sus malos porcentajes de la primera mitad y anotaban 14 puntos en poco más de 3 minutos, obligando a Ruiz Lorente a frenar con tiempo muerto.

El CAI Zaragoza lo pasaba mal, muy mal, y Ruiz Lorente apostaba por dos bases. Un dato que reflejaba el olvido defensivo era que en 7 minutos, Estrasburgo había anotado los mismos puntos que en toda la primera mitad. El cometido caísta por entonces era intentar llegar con opciones al final y apenas lo lograba con el 61-53 en el minuto 30 a pesar del acierto de Robinson. Tras los 35 puntos encajados, enfado monumental del técnico maño.

La bronca pareció surtir efecto en defensa, aunque faltaba por aparecer el gran acierto que acompañó al CAI en la primera mitad. Con cuentagotas, los maños volvían a apretar y a ponerse tan solo a tres puntos. Hacían la goma los de Ruiz Lorente, durmiendo y despertando con la misma facilidad. Goulding era el que tiraba del carro en los momentos más complicados y los rojillos recortaban hasta los dos puntos. Eso sí, el choque entraba en el último minuto con 70-67 abajo. Llompart anotaba desde los libres para poner el choque en un pañuelo. Los franceses cometían falta en ataque y, con posesión, Landry se metía en un lío y acababa perdiendo la pelota. Traore tiraba libres y anotaba los dos, dejando el 72-69 y nueve segundos para finalizar el encuentro.

El propio norteamericano volvía a poner 72-71 desde la personal, entrando en un carrusel de faltas donde el menos hábil desde los libres podía pagarlo. Diot no fallaba desde la zona y Llompart corría y corría hasta recibir falta desde la línea de tres. El balear tenía que anotar los tres para igualar. Y lo hacía mandando la batalla a la prórroga.

Prórroga

Ambas escuadran comenzaban con un gran acierto desde fuera, sin que el CAI le perdiera la cara al partido. Llompart era por entonces, como lo ha sido siempre, el que manejaba la nave rojilla jugándose las canastas más difíciles. Pero los maños no contaban con el tremendo desacierto de Landry. Estrasburgo vencía por 86-84 a falta de 30 segundos. Lisch era objeto de falta y atinaba con los dos libres, dejando la última posesión con 86-86

El CAI Zaragoza la defendía bien, obligando a un tiro forzado de Traore que repelía el aro. Pero, como fiel reflejo de lo que había sido el partido, permitía un palmeo sobre la bocina de Howard que se colaba dentro para colocar el duro 88-86 final. Los de Ruiz Lorente habían completado un encuentro meritorio, aunque con errores mayúsculos que terminaron por costar la derrota.