Artificios leguleyos

Artur Mas se empecina en sostener ante su público que el enemigo de los independentistas catalanes es el Estado español porque coarta sus libertades, pero eso es una gran mentira. Nadie, ni en España ni en Europa ni en el mundo, cree que Cataluña esté siendo sojuzgada, esclavizada, tiranizada, oprimida o maltratada por parte del Estado español democrático y de derecho, Estado español que no hay que confundirlo con el Gobierno español.

Artur Mas se empecina en sostener ante su público que el enemigo de los independentistas catalanes es el Estado español porque coarta sus libertades, pero eso es una gran mentira. Nadie, ni en España ni en Europa ni en el mundo, cree que Cataluña esté siendo sojuzgada, esclavizada, tiranizada, oprimida o maltratada por parte del Estado español democrático y de derecho, Estado español que no hay que confundirlo con el Gobierno español.

De entrada, si los catalanes ostentaran el derecho de constituirse en Estado independiente separado de España votando en las urnas, también deberían tener el derecho de revocar su decisión anterior para reintegrarse en España votando también en las mismas urnas.

Sin embargo, Artur Mas no se ha referido nunca a esta cuestión, y no lo ha hecho porque es seguro que, en una eventual Cataluña independiente de España, si un Gobierno catalán no independentista tuviera la oportunidad de gobernar, algo no imposible ni difícil, no estaría facultado por la Constitución catalana para realizar ningún tipo de referéndum ni consulta relativa a la soberanía de Cataluña y su reincorporación eventual al Estado español.

Sabemos que Mas no cejará jamás en su empeño constante de intentar engañar a la anestesiada sociedad catalana, pero sus artificios leguleyos, sus trapacerías soberanistas, siempre acabarán en el cubo de basura de la historia común de Cataluña y España.