Decepcionada, engañada, desencantanda... así me hacen sentir nuestro Gobierno. No han tenido la valentía de cumplir una de sus promesas electorales, que tanta transcendencia tenía para muchas personas. ¿Cuántos niños y niñas van a dejar de nacer por esta cobardía?
Pero quiero dar las gracias a mi hermana y cuñado por su valentía en permitir que Marta, mi sobrina de 8 años, esté en este mundo y saque de cada uno de nosotros lo mejor que tenemos. Marta es inocente, no tiene prejuicios hacia nadie ni hacia nada, no hace daño a ninguna persona, y a todos saluda y hace la ola sin importarle que sean altos, rubios, poderosos, inmigrantes, paralíticos o pobres. Marta no habla, no se desarrolla bien, no lee, pero tiene un corazón que ama y que necesita que se le ame como le pasa a Rajoy y a cada uno de nosotros.
Tengo que ser coherente y tengo que decir: que hoy me he dado de baja como afiliada del Partido Popular y que seremos los ciudadanos quienes, el 22 de noviembre en Madrid, defendamos sin Rajoy a tantas Martas que hacen la ola.