Zaragoza.- Comenzaron el estudio pensando que iban a encontrar problemas de desnutrición, y las conclusiones han arrojado lo contrario: los mayores problemas alimentarios entre los niños y adolescentes del Casco Histórico son la obesidad y el sobrepeso. Lo confirma un estudio promovido por la alianza de empresas e instituciones “Redistribuye” y el Proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural de la Caixa.
Las cifras recogidas reflejan que el 13% de los niños y adolescentes entre los 2 y los 14 años del barrio de San Pablo padecían obesidad. Un índice que supera el 14% en los niños de 8 y 9 años, el 16% en los niños de 11 años, y el 18% en los que tienen 13 años.
Para realizar el estudio, se han empleado los índices de masa corporal de 4.353 niños y niñas recogidos en los historiales clínicos del Centro de Salud de San Pablo en los últimos 8 años (de 2006 a 2013). La cantidad total de menores contabilizados representa el 49% de los niños de los alrededores de la iglesia de San Pablo, y el 51% de las niñas. Los responsables del estudio los han extrapolado a todo el ámbito del Casco Histórico.
Los resultados se han desglosado teniendo en cuenta la modalidad de las tarjetas sanitarias adheridas a los historiales, la edad de los menores y la evolución por años.
En los historiales de menores relacionados con parados de larga duración, el sobrepeso se sitúa entre el 5 y el 10%, y la obesidad entre el 15 y el 20. En las rentas inferiores a los 18.000 euros anuales, el sobrepeso escala hasta el 10% y la obesidad alcanza el 15%.
Por edades, la obesidad comienza a despuntar a partir de los 4 años (12%), y, entre los 7, los 8 y los 9, oscila en torno al 14%. Los picos más altos se encuentran a los 11 años (más del 16%) y a los 13 (más del 18%).
En cuanto a la evolución, entre 2006 y 2008, la obesidad de los menores pasó del 13% al 14. En 2009 bajó al 10% y, en 2012 y 2013 se situó de nuevo cerca del 14%.
El estudio atribuye estos porcentajes de obesidad y sobrepeso a cuatro factores. En primer lugar, la reducción en el tiempo de las lactancias. Al reducirse ese periodo, aumenta el riesgo de tener una tensión arterial alta, tener colesterol, diabetes tipo 2 y una mayor probabilidad de sobrepeso. En segundo lugar, el bajo consumo de alimentos frescos saludables, como frutas y verduras. En tercer lugar, un excesivo consumo de productos manufacturados. Y, por último, las dificultades para realizar actividades deportivas (precios elevados de las actividades extraescolares, falta de espacios deportivos, excesivo tiempo delante de pantallas, etc.).
Unos de los responsables de “Redistribuye”, Jesús Alquézar, también ha afirmado que los menús escolares tienen, en parte, la culpa de estos datos. “Se da demasiada carne, 4 días a la semana. Se come demasiada pasta, hay mucha fritura en las guarniciones y faltan frutas y verduras”, ha asegurado.
Para atajar estos problemas, Alquézar ha informado de que se está poniendo en marcha una Comisión de Seguimiento y Evaluación de buenas Prácticas. Además, ha instado a que las máquinas expendedoras con productos manufacturados se sustituyan por alimentos saludables, y que, en los comedores, aparte de dar alimentos al medio día, se redacten propuestas de cenas saludables.
