El tesoro de Calanda

La Denominación de Origen del Melocotón de Calanda cumple 15 años, aunque esta fruta se puede degustar desde hace cientos de años en el Bajo Aragón. Un manjar que se sirve en las mesas de todo el país y que cuenta con un gran trabajo detrás para conseguir que sea uno de los postres más dulces y sabrosos de la gastronomía aragonesa.

Zaragoza.- La gastronomía turolense cuenta con una variada oferta de productos autóctonos que son considerados auténticos manjares en la mesa de la Comunidad y del resto del país. Al Jamón de Teruel o el aceite de oliva del Bajo Aragón se le suma uno de los postres más sabrosos y dulces de Aragón: el Melocotón de Calanda, que cuenta con Denominación de Origen propia desde 1999.

Se trata de uno de los cultivos más tradicionales de la Comunidad que se remonta a la Edad Media, aunque las primeras referencias documentales aparecen en el siglo XVIII. Según testimonios históricos, el nombre de Melocotón de Calanda empezó a consolidarse en los años 40 y dado que el cultivo adquiría más importancia y resultaba difícil combatir la mosca del Mediterráneo se empezó a utilizar el embolsado de los frutos para evitar los ataques y que tanto caracteriza a este melocotón. Ya en los años 70, la Feria Agrícola Nacional de Lérida concede varios premios en años sucesivos a esta fruta identificada como tal.

El Melocotón de Calanda pertenece a una especie propia de la zona del Bajo Aragón, el “amarillo tardío”, que cuenta además con tres clones seleccionados: Jesca, Evaisa y Calante. Según explica el presidente de la Denominación de Origen Melocotón de Calanda, Samuel Sancho, es una fruta “que está dos meses más en el árbol que cualquier otro melocotón, lo que ayuda a ser un fruto más consistente y que cuenta con unas cualidades muy definidas en dureza, color, calibre y azúcar”.

Concretamente, los melocotones de Calanda han de presentar un aspecto sano y limpio con un color entre el amarillo crema y el amarillo pajizo, descartando las coloraciones verdes o los amarillos anaranjados, que indican exceso de madurez. Asimismo, el fruto debe tener una circunferencia mínima de 73 milímetros de diámetro y un mínimo de 12 grados Brix, que mide la cantidad de azúcar del melocotón.

La zona de producción de los melocotones amparados por la Denominación de Origen es el Bajo Aragón histórico, situado al este de la Comunidad, entre las provincias de Teruel y Zaragoza. Esta zona geográfica está integrada por un total de 44 localidades y cuenta con 25 empresas que producen o certifican este producto. En total, el número de hectáreas de Melocotón de Calanda ronda las 1.000.

Proteger el producto

La Denominación de Origen comenzó a andar hace 15 años gracias al empeño de los productores de proteger un producto característico de la zona y que consideraban único, pero que empezaba a estar amenazado. “Es una fruta que siempre ha tenido un prestigio y otros productores de España estaban utilizando el nombre de Melocotón de Calanda sin serlo, por ello se decidió regular su producción y crear la Denominación, para protegerlo y evitar los fraudes”, señala Sancho.

Para ello, contaron con el apoyo incondicional del Gobierno de Aragón y otras instituciones de la Administración. El Ejecutivo autonómico fue el que realizó la selección de las variedades más adecuadas, así como la autorización de los clones.

El embolsado consiste en envolver los melocotones con unas bolsas de papel
El embolsado consiste en envolver los melocotones con unas bolsas de papel

A lo largo de estos quince años, el Consejo Regulador de la Denominación ha ido implantando diferentes medidas destinadas a preservar el Melocotón de Calanda. Así, desde hace cuatro años, todos los productos de la Denominación cuentan con una etiqueta visible en la que se puede leer “Auténtico Calanda”, y en la que viene identificada la empresa correspondiente en la que ha sido producido o certificado.

De este modo, se sigue incidiendo en la política de la Denominación de eliminar el fraude para que no se engañe al consumidor con melocotones que no son auténticos Calanda.

Pero además, el Consejo Regulador tiene otras funciones como “hacer un seguimiento de las explotaciones en cada zona en las que se verifica que el producto esté bien aclarado y bien embolsado y tenemos un auditor que mide los parámetros de calidad de los melocotones”.

Aclareo y embolsado

Pero, ¿qué hace especial al Melocotón de Calanda? Su mimado método de producción. Hacer que el producto llegue a la mesa de los comensales con la calidad que certifica la Denominación de Origen tiene un laborioso trabajo detrás que requiere una gran cantidad de mano de obra y unos altos costes de producción.

El aclareo y el embolsado son las dos técnicas que se utilizan en la Denominación de Origen y que son imprescindibles para llevar el certificado de la misma. La primera de ellas consiste en la eliminación manual de gran parte de los frutos del árbol, dejando una distancia, entre melocotones, de al menos 20 centímetros.

En este proceso se elimina hasta el 70% de los melocotones de cada árbol. Sin embargo, esta técnica va a permitir que los frutos que se dejan puedan crecer considerablemente y alcanzar los parámetros que exige el certificado de calidad para ser un buen Melocotón de Calanda.

La otra práctica que caracteriza a esta fruta es el embolsado, que se realiza entre los meses de junio y julio, unas nueve semanas antes de la recolección. Esta técnica consiste en envolver los melocotones con unas bolsas de papel, en las que se conserva la fruta hasta su venta al consumidor. Con esta práctica se consigue que el Melocotón de Calanda llegue al cliente en perfecto estado, ya que ha estado protegido de plagas y tratamientos fitosanitarios.

Este laborioso trabaja implica un aumento de los costes de producción, que repercuten en el precio final. Sin embargo, Sancho explica que la gente es consciente de esta gran labor y que hay que pagar un poco más que cualquier otro melocotón, pero “la calidad del producto lo merece”.

En el Bajo Aragón se producen cada temporada en torno a 5 millones de kilos de Melocotón de Calanda
En el Bajo Aragón se producen cada temporada en torno a 5 millones de kilos de Melocotón de Calanda

En el Bajo Aragón se producen cada temporada en torno a 20 millones de kilos de melocotones, pero de todos ellos, sólo 5,5 millones de kilos, aproximadamente, logran obtener el certificado de calidad de la Denominación de Origen. “La exigencia es muy alta, hay unos parámetros de dureza, azúcar y color que son los que son, y si no se cumplen, no se pueden certificar como Melocotón de Calanda. La normativa es exigente y la Denominación la hace cumplir y se cumple”, afirma el presidente.

La previsión para la recolecta de este año, que se prolongará de septiembre a noviembre, es de entre 5 y 6 millones de kilos. Sin embargo, todo dependerá de un factor clave: la climatología. “El año pasado, por ejemplo, sólo se sacaron 3,5 millones de kilos porque hubo problemas con las plagas y si el producto no da la calidad adecuada, no se certifica”, comenta Sancho, que insiste, sin embargo, en que todo lo que llega al mercado “es de calidad”.

Un lujo gastronómico que cuenta con un gran esfuerzo detrás, tanto de los productores como de las empresas certificadoras, para que los comensales puedan seguir disfrutando de este “tesoro de Calanda”.