Zaragoza.- La Unión Vecinal Cesaraugusta, que integra a 30 asociaciones de vecinos de Zaragoza, solicita al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza que “se abra un proceso de participación ciudadana efectivo” con motivo del debate abierto sobre el trazado de la segunda línea del tranvía. En este sentido, el presidente de la Unión, Manuel Ortiz, exige que los colectivos vecinales más directamente afectados “participen desde el primer momento en las reuniones, debates y deliberaciones sobre este proyecto”.
La Unión Vecinal Cesaraugusta recoge de esta forma la preocupación que existe, fundamentalmente, entre las asociaciones de vecinos del Casco Histórico y de Delicias por las consecuencias que la implantación de la segunda línea del tranvía tendrá para la movilidad y la convivencia en estos barrios de la ciudad.
Cinco asociaciones de vecinos integradas en la Unión (Zaragoza Antigua, Vía Romana, Conde Aranda y 1808-San Miguel del Casco Histórico, y Nuevo Futuro, de Delicias) se han posicionado en contra de este proyecto por considerar que empeorará la movilidad como consecuencia de la eliminación de líneas de autobuses. Además, no apoyan la decisión de una nueva transformación de la calle Conde Aranda tras su reciente remodelación con la que, en general, los vecinos están bastante satisfechos.
Para Manuel Ortiz, “es fundamental escuchar la opinión de los ciudadanos, que cualquier propuesta o decisión que se vaya a tomar se explique bien y se tengan en cuenta los intereses de los vecinos y comerciantes más directamente afectados”. El presidente de la Unión, en concreto, considera prioritario “conocer qué líneas de autobuses se van a suprimir o modificar, ya que la movilidad en un barrio tan populoso como Delicias se puede ver seriamente afectada”.
Por otra parte, al presidente de la Unión también le preocupa que en el Casco Histórico y, sobre todo, en el entorno de San Pablo, se cree una nueva cicatriz urbana que complique todavía más la accesibilidad en esa zona de la ciudad. “Es importante conocer de antemano cómo se resuelve este problema porque la sensación que existe en el Casco es que van a quedar más aislados de lo que lo están en la actualidad”, prosigue. “Sobre todo -concluye- nos preocupa cómo quedará la circulación de vehículos, ya que, por ejemplo, por el Coso no va a poder circular nadie ni realizar giros”.
Además, la falta de arbolado si se realiza la obra es otra de las preocupaciones, ya que las palmeras y los setos que hay en Conde Aranda desaparecerían para poner en el centro las vías y paradas.
