Zaragoza.- Resulta recurrente decir que el Real Zaragoza juega cada vez peor, que el partido del domingo es el peor de la temporada…pero la realidad es que está muy cerca de lo cierto. Ante un Real Jaén paupérrimo, los maños sólo eran capaces de ganar 1-0 con un tanto en propia puerta de Hugo Álvarez en el minuto 90. Un gol que deja la permanencia a tiro y acerca al equipo a los playoff. A pesar de que la imagen volvía a ser dantesca.
Con la esperada vuelta de Henríquez al once, Víctor Muñoz apostó por acostar al chileno a la banda zurda, dando la derecha a Montañés y la punta de ataque a Roger. Arzo regresaba al once escoltando a Luis García y Barkero. Un once ofensivo que, sin embargo, no adquiría el protagonismo de inicio. De hecho, el Real Jaén pudo adelantarse en el minuto 2 con un remate de espuela de Machado que se marchaba cerca de la cepa del poste zurdo de Leo Franco.
Aunque el dominio no lo tenía ninguno de los dos bandos, desplegando un fútbol horroroso, las ocasiones comenzaron a llegar para los locales. Sobre todo por medio de Henríquez. El ariete ponía un buen balón a Luis García, pero el asturiano remataba mal. Poco después, era el chileno el que cabeceaba un notable centro de Fernández obligando a lucirse a René. Portero que también hacía gala de seguridad en sendos disparos lejanos de Montañés y Barkero.
Pero el Real Jaén no estaba muerto y, en el 22, veía cómo le anulaban una jugada que desembocaba en gol por falta del atacante. Un susto que se despejaba de encima el cuadro maño con un centro-chut de Luis García que se estrellaba en el larguero, a pesar de que el guardameta visitante parecía tenerlo controlado. Poco más en una primera mitad caracterizada por el nefasto juego de un Real Zaragoza incapaz de ser superior al Jaén.
Segunda parte
Quizás satisfecho con lo visto o concediendo una segunda oportunidad, Muñoz no introducía cambios en el descanso. Y el Real Zaragoza salía al menos con un mayor ímpetu, teniendo en las botas de Henríquez el 1-0. Eso sí, el chileno acusaba no estar al 100% y llegaba sin fuelle a las inmediaciones del área, golpeando el esférico al centro para comodidad de René. De nuevo el número 20 lo intentaba segundos después, enviando la pelota muy arriba.
El partido entraba entonces de nuevo en un mar de imprecisiones, para desesperación de una grada que comenzaba a silbar a los suyos cargada de motivos. A todo esto, Jona, completamente solo tras otra mala decisión de Rico, perdonaba ante Leo Franco mandando arriba el balón con todo a su favor. Sólo entonces reaccionó Víctor Muñoz dando entrada a Víctor Rodríguez por Henríquez en el 61. El equipo cambió algo de cara con el catalán como guía y tuvo en las botas de Montañés el 1-0, pero su disparo lo repelió el larguero tras una buena pared con Roger en la frontal.
A pesar de la impotencia de generar ocasiones, el técnico zaragocista decidía meter en el campo a Abraham y sacar a Rico, mientras Esnáider y Álamo calentaban en la banda. El filial sería el tercer y último cambio en las filas blanquillas, contando al menos con un nueve más en el césped para tratar de romper la igualada. Eso sí, en el minuto 80, un mundo tarde.
El premio al corazón y no a la calidad se producía en el minuto 90. Internada por la banda de Montañés y su centro raso al corazón del área era despejado hacia su propia portería por Hugo Álvarez, colocando el definitivo 1-0. Justo por ocasiones, pero muy clarificador de lo que fue el Real Zaragoza en una nueva tarde infernal de fútbol. Al menos llegó el resultado y el equipo aragonés se escapa de los puestos de abajo, a la par que sueña con los de arriba.
